T H I R T E E N | 013

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心配


—Juro que... seré el número uno

«Genial, primero el invierano con Izuku y ahora este, ¿Pero qué les pasa hoy? »

—¿¡Qué demonios!?

El resto de clases comenzó a gritar, o más bien a abuchear al rubio ceniza mientras casí todos sus compañeros de clase se encogían en su sitio de vergüenza.

—¡No se dejen llevar clase A!

«¿Qué no ven qué el chiguagua rabioso va por libre?»

—¿¡Por qué haces algo tan vergonzoso!? —le riñó Iida.

—Al menos vuélvanse un buen escalón para saltarlo —continuó Bakugo ignorando por completo al delegado y extendiendo su puño con el pulgar hacia abajo.

Los alumnos no dejaron de gritar incluso cuando el chico bajo del escenario. La pelinaranja había decidido ignorar el ruido a su alrededor, completamente perdida en su propia mente y no se percato de cuando su amiga rosa y el chico pelopincho se habían acercado a ella.

—Si hubieras quedado primera en el exámen de admisión esto no hubiera pasado —confesó en un suspiro Kirishima apoyando su brazo en el hombro de la pelinaranja. Le quedaba a la altura perfecta.

—¿Por qué tenías que quedar en segundo lugar? —se quejó la pelirrosa de manera infantil cruzándose de brazos—. Ahora todos nos odian.

—Yo no te odio —se limitó a decir la pelinarnaja con una sonrisa. La pelirrosa dejó de fruncir el ceño y dejó caer los brazos a sus costados con una expresión más alegre.

—Bueno, tendré que conformarme —respondió ella encogiendo los hombros.

—Keiko-chan ¿Tus padres te verán desde casa? —le preguntó el pelirrojo curioso. A las estas alturas ya todos sabían que era nieta de Recovery Girl, sin embargo no habían oído a la chica hablar de sus padres ni una sola vez. Y sus compañeros tenían curiosidad pero algo les impedía simplemente preguntar. Kirishima decidió dar el paso de forma sutil pero la reacción de la pelinaranja fue inmediata. Sus musculos se tensaron y su habitual expresión de felicidad se volvio extrañamente seria. Sus dos compañeros la miraron sorprendidos, uno temeroso de haberla incomodado y la otra confundida—. Lo siento, no debería haber mencionado el tema...

—No, esta bien —se intententó convencer la chica forzando una sonrisa para sus amigos, pero su rígida postura la delataba. Aún así intentó responder de la manera más simple y sincera que pudo—. No tengo ni idea de lo que pasa por la mente de mis padres, es imposible decir si lo verán o no.

Ambos amigos decidieron no aportar nada, aquella reacción era más que suficiente como advertencia. Sin embargo, aunque su prudencia les impidió preguntar su curiosidad solo aumentó.

La mente de la pelinaranja por otro lado se encontraba divagando de nuevo. ¿Sus padres adoptivos la estarían viendo? Aquél pensamiento no le causó ninguna reacción, esperaba sentirse emocionada pero la idea ni siquiera rondó más de dos segundos por su mente antes de volver a pensar en el certificado de nacimiento que le habían dado en el ayuntamiento. Aún no lo había hablado con nadie. Ni siquiera con su abuela. No quería distraerse antes del Festival pero aquella decisión estaba teniendo precisamente el efecto contrario. ¿De verdad esperaba poder concentrarse únicamente en el Festival, sabiendo que en clases se distraía con el vuelo de una mosca? No, claro que no. Tal vez en el fondo simplemente quería olvidar lo que acababa de descubrir, incluso si eso significaba seguir creyendo en una mentira. Ni siquiera sabía en que pensar e intentaba por todos los medios dejar de hacerlo.

𝐇𝐀𝐑𝐌𝐋𝐄𝐒𝐒  || BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora