Capitulo 2

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Las historias contadas por entidades irreconocibles, en son de ser más creíbles de demostrar su valía, en los rangos más altos de los nueve mundos, el gremio conocido como Ainz Oall Gown, un lugar donde se juntaron personas únicas, cada una rara y excéntrica para el resto de la sociedad.

Avanzaron por penurias y gloriosos triunfos, arrasaron con sus enemigos, y lograron grandes victorias dignas de ser escuchadas por leyendas, si no fuera porque todo era un simple juego, la manifestación de un desahogo por escapar de un mundo hecho mierda, un mundo que se sumió en tinieblas solo para cubrir lo horroroso que se veía.

El gremio Ainz Oall Gown, la manifestación de los deseos y poder impotente en sus creadores, uso de la fortaleza inexpugnable, un lugar que sobrevivió y resisto el asedio de 1500 entidad calificables como dioses para la compresión de los mortales, seres que alcanzaron la cúspide del desarrollo, el límite del poder conferido por las leyes de la realidad.

Aunque fuera solo un juego la cantidad de datos que se necesitó para mantener a las existencias podrían haber destruidos por completos los servidores, y aun así sobrevivió, las leyes restrictivas se agrietaban provocando lo calificable a "LAG" para los players.

La destrucción de tal potencia destructiva convirtió al gremio en una leyenda que quedó plasmada en la mente de los que la escuchaban, pero incluso esa gloria iba a acabar, porque, así como el objetivo de toda la vida es la muerte, la existencia misma se encontrara con su final.

El juego cerro sus servidores acabando con el sueño de muchas personas, regresándolas a una amarga realidad, una que no querían experimentar, esta sería la norma general si no fuera por un suceso bastante inusual.

A las primeras semanas del cierre se confirmaron bastantes desapariciones, de gente que simplemente dejo de existir, sin dejar rastro en cualquier rincón del mundo, todas las pruebas indican la misma fecha, el cierre de Yggdrassil.

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La muerte se acercó a un gran trono, un enorme cristal agrietado que daba la impresión de ser el último lugar en el que encontrarías al último jefe, luego de una gran aventura.

Los detalles del Trono de Reyes eran exquisitos, su sola presencia demostraba la magnificencia de la entidad que se sentara en ella, para imponer su autoridad irrefutable ante los simples plebeyos.

El esqueleto a paso lento se acercó, sus pasos eran pesados pero continuos sin parar y desperdiciar el tiempo, llego a su destino, sentándose la imagen del lugar se complementó, la encarnación de la muerte sentada sobre su trono, exaltando su poder sobre sus servidores.

El tiempo no paraba, cada segundo parecía una eternidad, y él lo sabía, el mundo en el que compartió grandes aventuras llegaba su final, y no podía hacer nada, después de todo alguien tan pequeño como el que podría hacer, más que inclinarse ante los seres que podían acabar con lo más importante para él.

-"Curioso, ni en el último día se tomaron la molestia de acompañarme, para ver el final"

La solitaria imagen del ser supremo, se encogió de hombros, viendo el techo de la sala del trono, la soledad lo perturbo durante mucho tiempo así que estaba acostumbrado, y tampoco estaba molesto, porque era consciente de la realidad, sus amigos prefirieron la vida real sobre la fantasía.

1 segundo para el cierre

-"Adiós mi familia, mis amigos, los únicos a los que aprecie en mi inútil vida, espero que nos volvamos a ver"-cerrando sus ojos inexistentes, espero el inevitable cierre de Yggdrassil.

En ese momento la existencia de Satoru Susuki –(Momonga) dejo de existir en la realidad.

Los segundos pasaban y... pasaba algo bastante raro, ¿porque no estaba fuera del juego? ¿Que era este lugar?, Ante el solo se deslumbraba un cielo oscuro estrellado.

Overlord x konosuba "Un nuevo rey demonio"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora