Durante los siguientes días Jimin descubrió que convivir con Yoongi era fácil... siempre y cuando le dejara salirse con la suya.
Le daba rabia su actitud autoritaria y las estrategias que empleaba con el fin de dominar todas las situaciones, pero no podía negar que era un hombre generoso, hasta el punto que habían tenido varias discusiones por todo el dinero que se gastaba en él: ropa, una portátil, un iPhone, un iPod, un iPad...
A Yoongi le encantaba todo lo que empezara por «i» , y compraba todo lo que consideraba esencial para el bienestar de Jimin.
Jimin se había armado de paciencia y había intentado explicarle más de una vez que ya vivía bien antes de tener esas cosas, pero Yoongi se limitaba a responder con gruñidos y no tardaba en aparecer con otro artículo que a él le parecía indispensable y a Jimin, innecesario.
La única batalla que Jimin había ganado era que no le comprara un coche. Se había negado totalmente y había insistido en que prefería tomar el autobús.
En realidad, esa batalla tampoco la ganó, pues la única razón por la que Yoongi había cedido en esta discusión era que su chófer —un hombre encantador llamado James— lo llevaba y lo recogía de las clases y las prácticas todos los días.
A pesar de que James estaba a disposición de Yoongi a cualquier hora este iba cada mañana a la oficina en un Bugatti Veyron.
La primera vez que Jimin vio aquel coche tan lujoso casi se atraganta. Estaba impresionado porque hasta entonces solo lo había visto en fotos, pero Yoongi se limitó a encogerse de hombros y a decirle que su hermano tenía otro, pero que el de Seung era más nuevo, un dato que parecía irritarle.
Jimin puso los ojos en blanco y se marchó.
En el fondo Yoongi era como un niño..., solo que tenía más dinero —muchísimo más— y que sus juguetes eran mucho más caros.
El sábado a primera hora Nina —otra empleada de la casa que le cayó bien a Jimin desde que la vio— le trajo ropa nueva.
La asistente personal de Yoongi no venía sola, sino acompañada de una fila de hombres que cargaban con bolsas y más bolsas de ropa que obviamente no habían comprado en una tienda de conveniencia ni de ningún hipermercado del estilo.
Llenaron todo un vestidor con aquellas prendas de diseño que Jimin seguramente no se pondría en la vida.
Por el amor de Dios, ¡hasta los jeans eran de un diseñador de renombre!
Todas las prendas le quedaban perfectas.
Yoongi había sacado la ropa de su mochila para ver qué talla tenía.
El incidente de la ropa fue el primero de muchos episodios en los que Jimin se dio cuenta de que Yoongi siempre hacía todo a lo grande.
Al ver el dinero que Yoongi había transferido a su cuenta corriente se negó totalmente.
¿De dónde diablos habría sacado el número de su cuenta?
Una vez más Yoongi se limitó a encogerse de hombros y a pedirle que le avisara cuando necesitara financiación adicional.
¿Financiación adicional?
¡Le había hecho una transferencia de cien mil dólares!
Cuando Jimin consultó lo sobrante de su cuenta casi le da un paro cardiaco.
Hasta ese momento su saldo solía ocupar un solo dígito y, de pronto, se había convertido en una fuente inagotable de dinero.
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Mío Esta Noche || Yoonmin
RomansEl estudiante de enfermería y camarero Park Jimin no pasa por su mejor momento. Su ya desesperada situación económica acaba de sufrir un golpe que puede dejarlo a un paso de vivir en la calle. Cuando necesita poco menos que un milagro que lo salve...