Bebida color caramelo

306 42 12
                                    

Mi camisa hacía que mis músculos en los brazos resaltasen más, lo cual me gustaba. Terminé de ajustarme la correa, para luego ponerme las converse. Me miré en el espejo, estaba preparado.

-¿Estás listo? -preguntó Beomgyu, mientras entraba por la ventana.

-Sí, supongo que eso es todo -dije, para luego girar sobre mí, mostrando mi conjunto del día.

-Te espero fuera, ¿tus abuelos saben que iras con mi familia al campo? -preguntó.

-Sí, ya les mencioné que hoy saldría contigo -afirmé.

-Nos vemos -se despidió, para luego salir como alma llamada por el diablo de mi habitación.

Bajé los escalones y entré en la cocina, mi abuela me miró de reojo.

-Tu pie cereza está en la canastilla -indicó-. Espero y les guste lo que has preparado -deseó con una sonrisa.

-Yo también lo espero -coincidí.

Sujeté la canastilla, y salí de casa. Beomgyu me miraba desde los arboles que daban con el bosque.

-¿Has hecho un pie? -preguntó.

Asentí.

­-¿Sabias? -cuestionó.

-No del todo -confesé-, tuve que pedirle ayuda a mi abuela. Hicimos dos en todo caso, uno de ella en especial, y otro netamente mío.

Beomgyu me acercó más a así y me besó la frente.

-Venga, sube a mi espalda -indico-, estamos con el tiempo a las justas.

Reí, Beomgyu y sus chistes de mortalidad.

Los arboles se volvieron manchas irreconocibles al paso; la velocidad de Beomgyu a veces no era de mi agrado total, pero la sensación que esta me brindaba era como un abrazo: algo acogedor, que hacía que lo apreciase más. Un destello de luz, una chispa en mi interior, algo único y preciado, algo que no tenía con qué compararse.

Comencé a ver el campo Conku, el cielo era un celeste bebe, totalmente envidiable al cielo de Seúl. las nubes blancas y con formas tan hermosas; el aire fresco; las flores y sus únicos olores; el ruido de un riachuelo cerca; el enorme árbol, en el cual la familia de Beomgyu yacía sentada charlando. ¿Por qué se me era posible apreciar esto?

-Llegamos -indicó Beomgyu, para luego indicarme que me bajase de su espalda.

Caminé hasta su familia, mi novio estaba a la par mía, sonriendo.

-¡Pero qué modelito que te has puesto hoy! -gritó Hana, haciendo que Yeonjun rodease los ojos.

Sonreí en agradecimiento.

-Traje un pie -indiqué, mientras lo comenzaba a sacar de la canastilla.

-¡Qué me muero por probarlo! -chilló Hana.

-¿No puedes decir las cosas sin gritar? -preguntó Yeonjun-. Llevamos una eternidad como hermanos y sigo sin soportar tus chillidos.

-Ya -murmuró Hana-, pues deberías de acostúmbrate, aun viviremos por mucho tiempo.

-Es lo lamentable de todo este asunto -se quejó-. En fin, tengo hambre, iré a comer.

Yeonjun desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Hana negó con la cabeza, sintiéndose apenada de que su hermano no comiese el pie.

-¿Lo preparaste tú mismo, Taehyun? -preguntó la madre de Beomgyu.

Asentí.

-Aunque mi abuela me ayudó un poco, no es que yo solo hiciese todo el trabajo -confesé-, espero y sea de su agrado.

✧ our lost summer» TXT; taegyu  ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora