La luz se asomaba por el oscuro cuarto, rosando la piel de Taehyun; el muchacho no reparó tanto en su estado soñoliento, se levantó sin mucho pesar, y comenzó a cambiarse. La ropa estaba acomodada mediante colores cálidos, oscuros y un que otro pastel. Taehyun se cambió los pantaloncillos, por un pantalón de chándal; la vieja sudadera con un hoyo cerca al cuello, por una camiseta color menta; se colocó las calcetas blancas, para luego hacer un nudo con las agujetas de sus tenis blancos. Se sentía mucho mejor ahora. Después de todo, tal vez las cosas podías tomar todo el tiempo que necesitasen, y él también haría lo mismo. Taehyun había decido continuar su vida como un mortal más, como alguien de este mundo que nunca fue cambiado, ¿cuál era el nombre para ese tipo de gente?
—Taehyun, cariño, el desayuno está listo —informó su abuela.
El chico bajó las escaleras lentamente, después de todo ya no tenía mucho apuro. La hora del desayuno pasó con éxito, sin ningún tipo de problemas en él. La verdad era que, las cosas habían cambiado mucho, tanto para él como para la familia de Beomgyu. Su abuelo miró la cadenilla de oro que yacía en la muñeca de Taehyun.
—¿Quieres que la limpie? —preguntó su abuelo.
Taehyun negó con gesto amable.
—Lo haré yo —informó, de hecho, era el único que podía hacerlo, sin esa cadena sería solo ceniza.
Al fin y al cabo, de cenizas venimos, y en cenizas nos convertiremos en el futuro. Venimos y nos vamos, somos algo tan efímero y irrelevantes en este mundo, que cuando alguien muere, solo queda el recuerdo de los vivos, hasta que ellos se conviertan en cenizas. Taehyun sentía un vacío muy grande dentro de él, a pesar de había salido de caza la noche anterior.
Los sentidos de Taehyun se pusieron de punta cuando escuchó un leve ruido en su cuarto.
—Estaré en mi habitación —informó.
Sus abuelos hicieron un gesto de comprensión, para luego volver a lo suyo.
Taehyun caminó hasta su cuarto, y antes de que la puerta se abriera, un larguirucho muchacho lo miraba sonriente. Taehyun había caído en cuenta que Yeonjun era un casi sesenta piernas y brazos largos, y el resto era cuerpo. El chico que tenía delante parecía uno de esos juguetes que tienes las extremidades completamente irregulares y que puedes hacer lo que más quisieses con esas partes.
«Hola.»
«Sabes que puedo leer tus pensamientos, ¿verdad?» preguntó la voz de Yeonjun dentro se su cabeza.
«Lo sé, y es horriblemente espeluznante, para por favor.» pidió Taehyun, «Imagina que esté pensando en alguna persona desnuda y lo mires también, ¿acaso no sería algo súper incomodo e indeseable?»
«La verdad es que no lo veo de esa manera.» replicó.
—¿Podemos hablar? —preguntó Taehyun.
Su menté se nubló, para luego mostrar un animal muerto.
—Dios, Yeonjun no hagas eso —pidió—, es horrible. La última vez fue una imagen tuya semidesnudo, y fue igual o peor que esta imagen.
—Eh —se quejó el otro chico—. Ni que estuviera tan indeseable.
—Blah, blah blah —continuó el otro—, ¿nos vamos?
Yeonjun asintió.
Caminaron hasta la ventana, y dieron un salto, y comenzaron a correr entre los árboles. Antes, cuando Taehyun era quien tenía la vista borrosa cuando Beomgyu lo llevaba, pero ahora, él podía apreciar lo hermoso que eran el bosque en sí. Podía apreciar desde otro punto como eran las cosas, incluso podía sentir y ver cosas que antes se le eran tan útiles como comer un helado en una tormenta.
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✧ our lost summer» TXT; taegyu ✧
FanficTaehyun se va a vivir al pueblo de sus abuelos; un lugar lejos de toda civilización. Taehyun solo quiere pasar desapercibido, las secuelas después de aquel incidente no le dejan dormir por las noches. Hasta que se topa con alguien en medio del bosqu...