𝐿𝑎 𝑏𝑒𝑙𝑙𝑎 𝑑𝑎𝑚𝑎 𝑠𝑖𝑛 𝑔𝑟𝑎𝑐𝑖𝑎
Lucian Briefadel es una interna en el hospital de Liberio donde ejerce temporalmente para ganar experiencia antes de volver con los Tybur.
Durante su estancia llega el paciente que se hace llamar Kruger...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El hombre sin ojo
────⚜⚜⚜⚜⚜────
El atardecer no tardó en llegar y con ello el trabajo aumentó pues crear registros de los nuevos no era muy fácil, aún si tenían su máquina de escribir habían muchas cosas que hacer a mano. En especial los diagnósticos individuales de los pacientes donde siempre demoraban horas y horas.
Lucian estaba siendo apoyada por Priscila y otras dos enfermeras para los diagnósticos, todas estaban en una de las habitaciones donde 4 de los recién llegados se encontraban.
Eran los últimos en diagnosticar para así poder comenzar con el tratamiento de cada uno de ellos.
- Buenas tardes soy la doctora Lucian Briefadel - dijo sentándose a un lado de la camilla del hombre.
Cuando levantó su rostro miró que era aquel de cabello largo y rostro vendado, está vez lograba ver su otro ojo que era de un color verde bastante bonito.
- Buenas tardes - le contestó devuelta.
- Bien, veamos - murmuró mirando el registro que Priscila había hecho, tenía una letra bastante ¿curiosa?
Kruger de 19 años, 1,83 de altura, peso de 65 kg algo bajo para sus características. No tenían más datos ya que no recordaba absolutamente nada de su vida, Priscila simplemente escribió amnesia en su caso.
- Usted no tiene recuerdos más allá de su nombre y eso por que alguien más se lo dijo - relato esta vez mirándolo, recargando sus brazos en el portapapeles que dejó sobre sus piernas.
- Si, no recuerdo nada - tenía una voz grave pero delicada.
- ¿Tampoco el como perdió la pierna o el ojo? - le preguntó solo para reafirmar.
- No, doctora Lucian - sintió algo moverse en su estómago cuando dijo su nombre.
- Bien, le haré una revisión de rutina y luego veré como han sanado sus partes mutiladas ¿si? - comenzó a hablar levantándose y dejando los papeles en el buro que tenía a un lado.
- Si - contestó.
- Podría sentarse en la orilla por favor - ordenó, esto le felicitaría más la revisión.
