La ville de Liberio

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La ciudad de Liberio

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La ciudad de Liberio

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Lucian caminaba por los pasillos en busca de Priscila, pues después de tener una acalorada y ruidosa conversación en el baño femenino está había aceptado a cubrirla en su salida nocturna.

Nuevamente no le mencionó con quien saldría aquella noche pero la pecosa no insistió ya que simplemente su mente le otorgo la imagen de su amiga con el caballero Zeke Jaeger tomados de la mano bajo la luz de la luna.

Y alguno que otro escenario obsceno que nunca le confesara a la dura doctora por supuesto.

- Dónde se metió esta revoltosa - susurro mientras mirada a dentro de las habitaciones de los pacientes.

El plan era algo sencillo, Lucian sólo se preocupara por cubrir el puesto de Priscila y el de ella misma durante el día, mientras la pelirroja se encargaba de buscar ropa para no destacar entre las calles.

Claro que le pareció extraño que Lucian le pidiera un traje masculino para alguien de 1,80 metros más o menos, pero claramente nada evitaría ver los escenarios con Zeke.

Quería mantener su mente ocupada para olvidar los nervios y las insistentes palpitaciones en su pecho relacionadas con aquel joven ex soldado y su cita nocturna por las calles de Liberio.

Le parecía extraño que el resto del día no logrará toparse con Eren como comúnmente lo haría, pero agradecía al cielo que fuera así ya que tendría muchos más problemas en su trabajo si encontraba esa mirada esmeralda merodeando por los pasillos.

Nerviosa y alegre eran dos palabras que nunca pensó sentir al mismo tiempo ni durante sus horas de trabajo, su idea de las relaciones entre personas era algo grotesca. Malos ejemplos crean malas ideas y Lucian lo sabía perfectamente así que se esforzaba lo suficiente para no ver escenarios románticos desastrosos cómo en las obras que leyó junto a Eren por las noches.

Dónde alguno de los terminaba muriendo o incluso ambos, finales trágicos que la tenían tan harta que provocaban ese sentimiento reacio por el amor.

- ¡Lucian! - una voz aguda se escucho por el pasillo haciendo que la mencionada sacara su cabeza de una de las habitaciones encontrando a la pelirroja sonriendo.

- ¿Dónde estabas? - preguntó, le había mencionado que sólo tardaría unos cuantos minutos y en realidad habían pasaron dos horas.

- Escogiendo el conjunto perfecto, no te iba a mandar con cualquier tipo de ropa, además aprovechando que me pediste un traje de hombre hice que ambos combinarán - comenzó a explicar enseñando las telas dentro de una gran bolsa de papel.

- No se por qué no me sorprende eso - habló incrédula.

- Después de comer vamos directo a tu habitación te ayudaré a ponerte el vestido - explico emocionada y con las mejillas rojas.

𝐿𝑎 𝑏𝑒𝑙𝑙𝑒 𝑑𝑎𝑚𝑒 𝑠𝑎𝑛𝑠 𝑚𝑒𝑟𝑐𝑖  °『𝐸𝑟𝑒𝑛 𝐽𝑎𝑒𝑔𝑒𝑟』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora