𝐿𝑎 𝑏𝑒𝑙𝑙𝑎 𝑑𝑎𝑚𝑎 𝑠𝑖𝑛 𝑔𝑟𝑎𝑐𝑖𝑎
Lucian Briefadel es una interna en el hospital de Liberio donde ejerce temporalmente para ganar experiencia antes de volver con los Tybur.
Durante su estancia llega el paciente que se hace llamar Kruger...
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Dama en conflicto
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⚠ Advertencias Escenas +18
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- ¡No vayas tan rápido! - grito divertida Lucian mientras bajaban una calle empinada.
Esta estaba sobre Eren tomándolo fuertemente del cuello mientras iban a una velocidad alarmante, pero el joven hacía caso omiso a Lucian mientras reía casi a carcajadas por lo asustada que se miraba la chica.
- ¡Eren! - grito de nuevo al ver que casi llegaban al final de la bajada pensando que en cualquier descuido saldrían volando.
Y tenía toda la razón.
Al final un tope choco con la rueda de la silla sacando a volar a ambos cuerpos sobre la acera, Eren abrazo a Lucian para que esta recibiera el menor impacto posible, ocultando su rostro en su pecho con forma iban rodando.
Al parar ella estaba sobre él con los ojos cerrados y algo asustada, el dolor era poco y no había recibido algún raspón por lo que mando la mirada para ver como es que se encontraba su acompañante.
Eren tenía su brazo cubriendo la mitad superior de su rostro mientras lucía una gran sonrisa y reprimía las ganas de reír, ya que sabía que esto sólo enojara más a la doctora.
- ¿Eren? - preguntó un tanto asustada colocando sus manos al rededor de la cabeza del joven para verlo con mayor claridad.
Este solo estalló en risas mientras que con su otra mano abrazaba ligeramente la cintura de Lucian quien pensaba que estaba viendo a un perfecto loco.
- ¿De qué te ríes? ¡Nos pudimos haber lastimado tonto! - comenzó a regañar mientras este solo le sonreía - ¡Ay! ¡Ahora entiendo por qué no tienes pierna ni ojo!
El joven acuno el rostro de la chica entre sus manos cortando de golpe todas sus quejas, Eren la miraba con calidez enseñando una sonrisa de alegría para ella. Acarició sus mejillas en silencio, eran un poco regordetas y sumamente suaves, su piel era tan limpia que parecía brillar como el cristal.
- Algún día te vas a morir por tu imprudencia - murmuró con un puchero en los labios al sentir las caricias amorosas del joven.
- Ya he besado con la perfecta Lucian, el mundo se puede acarbar si quiere - le respondió suspirando mientras alejaba sus manos para ponerlas detrás de su cabeza como un colchón.
- Así que eres de los que se conforma con un beso - susurro apenada pero sin cortar el contacto visual con Eren, este abrió los ojos sorprendidos topándose con el rojo de las mejillas de la joven.
