Capítulo 3

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Al abrir la puerta pude ver a las tres personas que ya conocía, no presencialmente pero si por tres videollamadas que mi amiga organizo para que nos conociéramos, ellos vieron el manojo de desastre que iba y la señora me abrazo, sin decir más, mientras el señor del taxi bajaba mis pertenencias.

Me alegue un poco de la señora y saque mi billetera pero el señor dijo:

-joven no es nada, ya me pago de más hace un momento- me miró con una sonrisa triste, subió a su auto y se fue.

Me quede parada un momento procesando lo que me había pasado hasta sentir los brazos de la señora tomarme del brazo y decir que pasará dentro de la casa, porque afuera hacía frío.

Caminé dentro de la casa y me senté en un sillón, mientras la señora y señor traían una pequeña tasa de te.

-¿que paso, nos preocupamos, se suponía que llegarías una hora antes?- dijo la señora con preocupación.

-lo siento, yo, yo...- no pude más y me solté a llorar por segunda vez.

La señora se acercó a mi y me volvió a dar un abrazo, mientras con su mano acariciaba mi cabello.

-cuentanos, nos asustas- volvió a insistir

-con ojos llorozos y vista nublada -perdi mi violín, no sé en qué momento paso, pero lo perdí- la señora me acurrucó en su pecho, la familia sabía que ese instrumento era muy importante para mí, sabían que tocaba muy bien y que lo traje para trabajar en un restaurante y ganar dinero para mandarlo a mis padres.

No sé en qué momento pase de llorar tristemente hasta quedarme dormida, ya que la señora me comenzó a mover.

-tranquila, estás bien, necesitas descansar, ya es un poco tarde- dijo virigiendo su vista al pequeño reloj de su mano

Asendi, ella se levantó y me dijo que la siguiera, tome mis cosas y e intente no hacer ruido, ella me llevo al que iba a ser mi cuarto.

Al entrar me di cuenta que vivir aquí iba a ser un poco más complicado, no por el cuarto, de hecho era hermoso, trate de no llorar otra vez, metí mis cosas y la señora se despidió de mi.

Entre y me senté en la cama, estaba muy triste pensé que llegar a este hermoso lugar todo sería diferente, me imaginé riendo feliz y no un mar hecho lágrimas, así que me acosté, intente dormír pero no lo lograba, veía los minutos pasar, las horas y aunque ya no me permitía llorar, la tristeza todavía rondaba en mi.

Pasaron 5 horas y como no lograba dormir, me levanté de la cama y comencé a acomodar la habitación sin hacer ruido, saque mi ropa, mi laptop, entre otras cosas hasta que en el fondo de mi maleta se encontraba una carta, supongo que mi madre no me la quería dar en persona ya que no quería llorar, ella es una mujer fuerte, la más fuerte que conozco así que con delicadeza tome el sobre y en mi rostro se dibujo una pequeña y fijas sonrisa, abrí el sobre y comencé a leer:

Hija, mi pequeña, se que estarás leyendo esta nota una vez que hayas terminado de desempacar, y aunque no sea buena escribiendo, comenzaré.

Llegaste a nuestras vidas para darles alegría, cuando creímos que estaríamos solos por el resto de nuestras vidas, con tu sonrisa y tus risas por toda la casa nos hiciste y nos has hecho muy felices.

Cuando cresíste y te fuiste a estudiar tu primera carrera llore, llore de felicidad por ti, porque te habías convertido en toda una mujer, nunca dejaste que nada te doblará, hasta que llegó ese chico, ese idiota, que te hecho la vida a perder, pero lograste vencer esos momentos y demostraste ser fuerte, pero ese no es el punto.

Cuando comenzaré a estudiar medicina, hiciste que yo me sintiera más orgullosa de mi ti. Mi hija mi única hija quería ser doctora, y se que aunque falte un año tu ya eres mi doctora, no te hace falta ese título, ya que con todo lo que has hecho lo has demostrado.

Ahora que te vas estoy feliz, pero el sentido de madre me tiene preocupada, quiero que te cuides, que no confíes demasiado rápido en las personas, ese ha sido un defecto tuyo...

Cuídate mi niña, siempre serás mi niña, y recuerda, recuerda de dónde vienes y a dónde quieres llegar y:

"Después de la tormenta siempre vuelve a salir el sol".

Te amo, esfuérzate y se valiente, no temas ni desmayes, y demuestra a todos y cada una de las personas que te conozcan quien eres.

Atentamente: Candi, tu Candi.

Y haci termino la carta...

Se asomó una lágrima y la limpie rápidamente, era cierto, soy fuerte, valiente y aunque no tengo mi violín tengo a mis dos hermosos padres, así que que dije en vos alta

-Lo are por ustedes y por mi, porque ustedes son mi inspiración y yo soy Liz-.

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Espero les guste, saludos!!!

Melodía. NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora