Capítulo 9

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∆ Liz

Me encuentro acomodadome con las palmas de mis manos el vestido que me compro la señora Cleo, como estaba muy ocupada en le hospital, le encargue o le pedí el favor de comprarme un par de vestidos de acuerdo a lo que ella considera que estaba bien, ya que hoy tenía que ir a trabajar en el restaurante y el dueño me recomendó que fuera algo al estilo mexicano pero a la vez que tuviera cierto toque coreano y como no yo sabía a qué se refería con lo del estilo coreano, decidí pedirme ayuda a la señora Cleo y la verdad no me aprriento, el vestido es cubierto de la parte de los hombros, un poco pegado en la parte de la cintura y bueno empieza a tener forma de campana en la parte de abajo, no es muy descubierto ya que me llega justo a las rodillas.

Me miró al espejo y me doy cuenta que me veo mejor de lo que pensaba, cojo los zapatos que igual dona Cleo me compró y salgo de mi habitación.

-si fueras mi hija no dejaría que nadie se te acercara- dijo el señor Park

Le regale una sonrisa y les dije que ya me iba a trabajar en el restaurante

Tome un taxi y llegué al lugar, pero en la entrada me estaba esperando el señor Chog

-Liz, disculpa que me aya tomado el atrevimiento, pero un amigo mío me comentó que necesita a una violinista para que tocará en una comida con un socio, entonces me acordé de ti y bueno esta es la dirección- tendiendome una tarjeta

-si por mi hay ningún problema, pero ¿Que pasará con el restaurante, quien tocará en mi lugar?- no me preocupaba para quien tocaba pero mis amigos, los meseros y algunos cocineros me comentaban que esperaban a domingo para escucharme

-eso te iba a decir, solo irás dos horas con mi amigo y te regresas aquí solo tocaras 1 hora, te prometo que te pagaré bien- dijo mi jefe y con eso para mí estaba bien así no podía fallar en ningún lugar

Así que me despedí de el, tome un taxi, para mí sorpresa, la persona qué lo conducía era el señor que me recogió en el aeropuerto

-señorita la he visto en algún lugar?- pregunto curioso

-si, yo soy la muchacha que lloro como Magdalena el día que llegue a Corea- dije apenada

-sabia que la conocía de algún lugar, ¿como le ha ido?- ese señor ya me caía bien me dió una cálida sonrisa

-me ha ido muy bien, bueno en un principio un poco mal pero todo se soluciono- le respondí de buena manera

-eso está muy bien, me quedé preocupado, pero ahora que le veo ya no me preocupare mas-

-yo le agradezco, gracias por preocuparse por mi-

-no es nada, por cierto ya casi llegamos, ¿gusta que la venga a recoger?-

-claro que si, ¿podría venir por mi en dos horas?- pregunté bajando de su auto

-si, nos vemos en dos horas- dijo viendo su reloj

Me separé del veiculo y le hice adiós, me di la vuelta y casi se me sale el corazón, el lugar era demasiado lujoso, agradezco haberme puesto este vestido, me decía a mi misma

-invitación- dijo un mesero que que se encontraba en la entrada

-¡Que¡- estaba sorprendida, no el señor Chog no me había dicho nada de la invitación y tampoco el nombre de las personas a las cuales yo les tocaría

-si, sin inventacion o reservación no la puedo dejar pasar- dijo al ver mi expresión

-mire vera a mí me mandó mi jefe, tocó el violín y me dijo que si amigo me estaría esperando, hoy tienen una reunión de negocios y por eso estoy aquí, pero permítame hacer una llamada- dije

Melodía. NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora