El alfa llamado "rey de la cancha" Kageyama Tobio y el omega Hinata Shoyo, tenían una bella y conocida relación, pero no todo dura para siempre, los problemas y distintas opiniones separarán a esta pareja.
Años después, Kageyama encontrará nuevamen...
Hinata aún trataba de adaptarse al nuevo país, el día que llegó lo estaba esperando Kato Lucio, era un hombre de unos cuarenta años, Hinata sería su asistente personal mientras practicaba Volleyball en sus ratos libres.
Lo llevó hasta lo que sería su nuevo hogar durante los siguientes dos años, en aquel lugar tenía un roommate brasileño llamado Pedro, Hinata trataba de comunicarse con él pero el chico era cortante.
- Tendrás que encontrar un trabajo, pero ¿Cómo lo harás? - le preguntó Kato.
- No se preocupe, con un diccionario y un cuaderno puedo buscar en algo que no requiera hablar tanto - pensó Hinata.
Después de días de búsqueda, finalmente encontró un trabajo como repartidor de comida de un restaurant llamado Bon Apetite.
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Durante los primeros meses fue duro, el Volleyball en la arena era realmente difícil, el impulso tenía que ser potente para poder saltar, por lo que empezó a ir al gimnasio con una rutina especial en la cuál ayudó Kato.
En el trabajo también tuvo problemas, al no conocer Río de Janeiro, se perdía en las calles, los pedidos llegaban fríos, incluso un día le robaron.
El día que le robaron su billetera (regalo de Natsu) tuvo un pequeño período de depresión, extrañaba Japón y a sus amigos... Y a Kageyama.
Ese día y cómo es de pequeño el mundo, se encontró con el mismísimo Toru Oikawa, ex capitán de Aoba Johsai y actualmente era jugador del club atlético San Juan, un equipo de Volleyball Argentino.
- Vaya vaya pero si no es Chibi-chan - le dijo Okinawa.
Ver un rostro conocido y escuchar su lengua natal, había conmovido a Hinata.
Jugaron unos partidos para recordar los viejos tiempos, contra dos hombres, Oikawa estaba teniendo problemas al jugar en la arena, era cómico ver al rey Oikawa en problemas.
Pero esos momentos ayudaron a Hinata a olvidarse de sus malos días y distraerse jugando el deporte que más amaba.
El ex Aoba Johsai invitó a comer a Hinata (este no tenía dinero porque le robaron su billetera). Aprovecharon el momento para registrarlo con una conmemorativa foto.
Oikawa no sabía la historia del rompimiento de Kageyama y él, por lo que Hinata le contó la historia, lo cuál dejó boquiabierto al ex Aoba Johsai.
- Imposible... Yo juré que tendrían hijos y serían una familia feliz - confesó impactado
- Pues así resultó ser, de esa manera pensaba Kageyama... En fin, ahora acá en Brasil me perfeccionaré y seré mejor que todos - dijo Hinata con voz segura.
- Eeeh, pero el segundo mejor querrás decir, ya que el primero soy yo - El ego de Oikawa seguía intacto.