Sol

1.1K 139 94
                                    


Vivir una vida normal, tener relaciones normales, hacer cosas como la gente normal, era algo que desde niño nunca pensé poder lograr, pero lo hice gracias a todas las personas que estuvieron allí para apoyarme.
Fue difícil, mucho más de lo que podrían imaginar, pero no podía rendirme, y aunque intente hacerlo cuando sentía que ya no podía más las personas que siempre me apoyaron estaban allí para evitarlo.

Gracias a todo ese esfuerzo, en este momento puedo decir que soy completamente feliz, porque tengo todo lo que quiero, porque desde hace ya seis años tengo durmiendo a mi lado a la persona que más amo en el mundo, porque vivo mis días junto a el desde entonces, pero decir que lograr eso fue fácil seria mentira.
Al menos nuestro primer año viviendo juntos no fue así por muchas razones, a mi me costó mucho adaptarme a esos cambios, fue muy complicado hacerlo, pero para el lo fue aún más, porque tuvo que aprender mucho más de mi, de mi comportamiento, tuvo que aprender a respetar mi espacio y mi tiempo, más que antes, vivimos cosas que ninguno sabía como manejar, que ninguno se imagino y fue difícil, pero decidimos intentarlo y lo logramos.

Porque no nos rendimos, nunca pensamos en hacerlo.

Ese año tuvimos que aprender mucho más de el otro, pero valió la pena, ya que descubrimos que juntos podíamos contra cualquier cosa, así de grande era nuestro amor.

Los años siguientes pasaron más rápido, pero muchos más felices, después de graduarnos el comenzó a trabajar con su padre y yo junto a First creé una asesoría financiera para empresas.
Gracias a mi habilidad con los números nos iba muy bien y teniamos mucho trabajo.

Aún así Win nunca me dejó ayudarlo, no queria que trabaje para su padre de ninguna manera aunque ya había pasado mucho tiempo desde la pelea que tuvieron por mi, el seguia evitando eso.

Pero el día en el que me tocaba cumplir con mi papel de asesor, no quería hacerlo, ya que eso significa no ver a Win por días.

—First no creo que pueda hacerlo —expresé nerviso—. ¡No, no quiero hacerlo!

—Maldición Bright, ¿¡enserio ahora!? —exclamó molesto—. Estamos a punto de irnos.

—No... no... no puedo First —repetí.

—¡Esta bien maldición! —exclamó fregandose los ojos—. Ya se que debo hacer, solo espera aquí.

Había pasado un rato desde que el se fue, y empecé a escuchar la voz de Win, al levantar la mirada lo vi correr hacia mi con First detrás de el.

—¿Bright... Bright qué sucedió? First me dijo que tenías un ataque de ansiedad —afirmó mirándome a los ojos—. ¿Qué sucedió?

—Yo no tuve ningún ataque —respondí.

—Pe... pe... pero...

—Lo siento Win, mentí —afirmó First acercándose—. Es solo que este idiota no quiere ir al viaje.

—Bright —pronunció Win mirándome con el ceño fruncido.

—¡No quiero! —me negue cruzandome de brazos.

—Ya lo habíamos hablado Bright, esa empresa en Taiwán necesita de su asesoría —mencionó cruzandose de brazos también—. Tienen que ir.

—No quiero irme, te extrañaré demasiado —respondí haciendo un puchero.

—¡Maldición amigo es enserio!—exclamó First—. ¡Solo es una semana!

—No me importa, no quiero ir.

Solo dime que piensas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora