•●Capítulo 17●•

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Darle el espacio que Win necesitaba me resultaba muy difícil, no podía pensar en otra cosa que no fuera el, ni aquel beso, pero tenía que intentarlo, contenerme era otra de las cosas que me resultanba difíciles, pero por el esperaría

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Darle el espacio que Win necesitaba me resultaba muy difícil, no podía pensar en otra cosa que no fuera el, ni aquel beso, pero tenía que intentarlo, contenerme era otra de las cosas que me resultanba difíciles, pero por el esperaría.

Para distraerme fui a la tienda de mi tío a tocar un poco con First, después de un rato vi entrar a Win venía caminando hacia mi, estaba tan feliz de verlo, pero cuando llego frente a mi el... el me golpeó, de verdad me golpeó, no sabía porqué lo hizo y luego solo comenzó a insultarme, no podía entender lo que pasaba.

Todo era demasiado y sucedia muy rápido, pero cuando vi mi guitarra en el piso rota fue como si el tiempo se hubiera detenido, mi corazón latía tan lento que podía sentir cada latido en mi pecho, una de las personas más importantes para mi estaba delante de mi insultandome sin saber porqué y mi guitarra lo más importante que tenía en el piso rota, sentía que mi mundo se venía abajo.

La levanté y luego mire a Win, sin poder entender lo que pasaba, no dije nada y salí rápido de allí mientras First lo detenía, no sabía que hacer, no sabía que le pasaba, ya no sabía nada.

Camine por un rato, llegue al lago y me quedé sentado allí, después de todos los gritos que había escuchado, de las constantes llamadas de First enloquesiendome estar en el silencio de ese lugar me ayudó a respirar.

Luego de unas horas vi a First acercarse, pero no podía mirarlo a la cara, no quería.
No, porque sabía que no podría entender la expresión en su rostro, sabía que no sabría como se sentía, pero escuchar la voz de alguien familiar en ese momento fue bueno y cuando Foei llego pude por fin hablarles.


Sabía que lo único que me ayudaría a estar bien era ir a casa, no existia lugar dónde me sintiera más seguro que allí.
Ellos quisieron acompañarme, pero no los dejé, necesitaba estar solo, no queria que me siguieran preguntando si estaba bien cuando ni siquiera sabía si estaba realmente bien, entonces me negué.

Al llegar a casa mi madre estaba sentada en el sillón de la sala, me acosté allí y recoste mi cabeza en su regazo.

—Eras un niño pequeño la última vez que estuviste así —mencionó sonriendo y comenzó a acariciar mi cabeza—. A pasado mucho tiempo.

—Si, mucho tiempo —respondí en voz baja—, pero es el único lugar dónde me siento seguro cuando no entiendo el mundo.

—Tú no necesitas entender el mundo hijo —afirmó con calma—. Deja que el mundo te entienda a ti.

—¡Eso es realmente difícil mamá! —exclame abrazandome a su pierna—. ¿Qué puedo hacer si no quiere entenderme?

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