Solo dime que piensas?

Estaciones

Tener una relación con una persona que tiene Asperger es difícil, creo que muchos saben eso, pero también pueden estar seguros que no es imposible y vale la pena.
Para mi al menos y lo entendí cuando todo se empezó a tornar difícil, cuando todo era cada vez más complicado, pero la verdad es que nada de eso importó, porque lo seguí intentando, porque realmente lo valía.

En ese entonces Bright y yo llevábamos un año de relación, habíamos decidimos vivir juntos, fue difícil para mí adaptarme a el y el a los cambios que hicimos, pero aún así lo intentamos.
Yo tuve que aprender a respetar mucho más su tiempo y su espacio, pero lo que me resultó más difícil de entender fue la forma en la que podía llegar a sentirse y como lo expresaba, nunca habíamos vivido una situación en la que su frustración fuera tan grande como para alejarme, pero eso sucedió cuando por fin le presenté a mis padres.

Esa noche habíamos ido a cenar a su casa, aúnque ya les había dicho que era gay e intentaban aceptarlo de a poco, aún no les había hablado sobre la condición de Bright.

—¿¡Es broma cierto hijo!? —exclamó molesto mi padre—. ¡Tiene que ser una maldita broma! —rio.

—Cariño cálmate por favor —le suplicó mi madre tomando su mano—. Escucha a nuestro hijo primero.

—¡No, no me pidas que me calme! —gritó molesto—. ¿Enserio? ¿Escuchaste a tu hijo?¿Escuchaste lo que dijo acaso?

—Por favor papá —le suplique mirándolo—. Cálmate.

—¡No, claro que no! —gritó—. Primero tengo que aceptar que seas gay, y ahora no solo eso, si no que también tengo que aceptar que tu pareja sea un retrasado men...

—¡Papá! —grité interrumpiendolo—. No vuelvas a referirte a Bright de esa forma.

—Acaso no es eso lo que es —afirmó mirándolo.

—Por favor querido —suplicó mi madre sujetando su mano nuevamente.

—¡No! —grito—. Miralo ni siquiera intenta responderme —dijo chasqueando los dedo frente a el—. Hey tú defiendete, di algo al menos, ¡di algo maldita sea! —gritó y luego rio—. Lo ves... ¿ves a que me refiero? Esta allí sentado mirando al piso, actuando como estupido, ¿cómo esperas que acepte a ese retrasado Win?

—¡Basta papá!¡Ya basta! —exclame levantandome de la mesa—. Pensé que podrías comprenderlo, pero ya veo que no es así.

—¿Qué?¿Qué esperas que comprenda? —cuestionó—. Que eres gay y vives con un retrasado, ¡es enserio hijo! —exclamó molesto—. ¿Qué puede hacer este tipo por ti dime? —agregó—. Es un maldito inútil, una mujer haría más cosas por ti que el Win, no le entiendes.

—No puedo creer lo que estás diciendo —afirmé mirándolo decepcionado—. Escuchas al menos lo que sale de tu boca.

—¡Claro que si, claro que escucho!—gritó—. Que es lo que tú no entiendes hijo, eres el próximo heredero de mi empresa, por la que trabaje por años y que harás con ella con este inútil a tu lado dime.

—Por favor papá, tu empresa está a punto de arruinarse sin que yo haya puesto un pie en ella, piensas acaso que no leo las noticias —respondí y ni siquiera me di cuenta el momento en que mi padre levantó la mano para abofetearme hasta que sentí el golpe en mi rostro.

Y lo peor de todo es que eso hizo que Bright se pusiera más nervioso aún, tenía miedo que tenga un ataque de ansiedad allí.

—¡Eres un maldito desagradecido! —exclamó molesto.