C O N S E C U E N C I A S

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[...]

El aroma a café le indudandaba los pulmones y fosas nasales, se quedó perplejo, ¿Qué había sucedido?, ¿Dónde estaba? Le dolían las costillas y algunos dedos, abrió levemente los ojos, no había luz que le cegara pero parecía haber dormido poco tiempo por su dolor, error.

Se levantó un poco, soltó un pequeño quejido a el sentarse en aquélla superficie que parecía una cama, miró a Yun quién se encontraba durmiendo en sus piernas, miró a todas partes y vió que en una de las ventanas con cortinas se traspasaba la luz lunar. Era de noche.

Miró su cuerpo y tenía algunas vendas específicamente en las costillas y en las manos, al tocarles le dolía un poco, como si fuera algo reciente, en eso estaba equivocado.

Regreso su mirada a Yun, quién dormía en sus pies, parecía tan tranquilo que simplemente le acarició el cabello, quito algunos mechones de cabello que habían caído a su rostro tras haber quedo dormido suponía.
Yun tenía algunas vendas en sus brazos y algunos rasguños en mejillas, suponía que él también tendría algo así en su cara, más tarde lo descubriría.

Entró aquél aroma a café que le indudandaba las fosas nasales, reconocia el aroma, sabía que habría estado ahí antes... Una señora entro con un poco de café, estaba caliente por el vapor que salía de la vasija. Yoltzin lo miró por unos segundos, sonrío y algunas lágrimas se desplazaron por sus mejillas, los ojos de Izel se iluminaron.

¡Izel! — Dijo la señora dejando en la pequeña mesita la vasija, corrió para abrazar a su muchacho, ese grito no habían levantado a el azabache.

Se fundieron en un abrazo, Izel se quejó un poco por el dolor, pero nada podía igualar la sensación de estar vivo ahí.

Cumpliste tú promesa, volviste— La señora lloraba, Izel no se separaba del abrazo — No suelo romper mis promesas Yoltzin— Se aferraba a la señora, sus ojos estaban comenzando a ser húmedos más retuvo las lágrimas cuando se alejaron. La anciana se sentó del otro lado de Yun y dijo:
Yun lleva aquí desde siempre a tú lado—  Izel arqueó la ceja, confuso pregunto
¿Cuanto tiempo a pasado?...— Se levantó Yoltzin
Dos semanas para ser exacta, desde que te desmayaste no volviste a abrir los ojos, pensábamos que te había ocurrido algo peor, pero no. Solamente fue la consecuencia de haberte sobre- esforzado y él no se a separado un sólo momento—

—¡¿Tanto tiempo?!— Izel sobresalto, ¿Había dormido tanto? ¡Que jodido estaba! Ahora entendía porqué Yun dormía plácidamente.

La señora seco sus lágrimas y sonrío asintiendo, para continuar diciendo
Les diré a los demás que finalmente despertaste, deberías despertarlo y decirle que estas de nuevo con nosotros— La señora salió del lugar, dejando únicamente el aroma a café y a Yun con él. Sonrío levemente mirando el rostro de Yun, movió un poco su cuerpo.

Yun, yun— Llamaba levemente, Yun solto un quejido suave, para levantarse algo lento y tallar sus ojos, cuando los abrió se quedó perplejo unos segundos.
Izel...— No sabía como reaccionar — ¡Izel! ¡Izel, estas bien! ¡Me alegro tanto que estes bien!— Los ojos del ojí verde estaban húmedos y cristalinos, quería llorar en cuanto le abrazó Yun, Izel se acurrucó con él mientras que Yun ya había roto en llanto, fue inevitable llorar a su lado, se había contagiado, sus mejillas estaban brevemente rosas y de los ojos de ambos surgía ese líquido salado que bajaba hasta su mentón.
Eres un llorón..— Dijo Yun mientras sorbia su nariz, Izel rio ante esto porqué Yun también estaba llorando e irónicamente le había llamado así.
Lo sé... Perdón por haberte preocupado tanto— Dijo Izel intentando tomar con fuerza las ropas del joven uluama, se quedaron en silencio unos segundos, Yun acariciaba el cabello de Izel, sonrío levemente, sus dedos pasaban por las hebras de cabello castaño.
Fuiste un idiota, me preocupe horrible... Pero me siento tan feliz de que estés aquí, no te disculpes por ello, no es necesario— Se quedaron en silencio, uno que no era incómodo, se abrazaron un poco más fuerte e Izel se indudandaba del aroma del joven uluama, extrañamente en ese momento olia a café y bosque, Izel se sentía tan tranquilo que cerro los ojos a el igual que Yun, podrían pasar así cien años y no se cansarían; se sentía cálido el abrazo, cómo... Cuando llovía fuertemente y estuvieras tranquilo enmedio de la tormenta, cuando el sol topa sus rayos cálidos en tu rostro, Izel olía como el sol.

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⏰ Última actualización: Jul 20, 2021 ⏰

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