Onyx Equinox- ¡El campeón de la humanidad!

T E N O C H T I T L Á N

[...]

Los jóvenes viajeros estaban listos para comenzar a ir directamente a Tenochtitlán cuando escucharon ruidos cerca de ellos, provenían de las plantas cercanas que se movían rápidamente, Izel se preparo para atacar, los gemelos habían tomado la pelota de ostehtum y Xanastaku estaba lista para utilizar sus alas que extrañamente no tenían ya ese rojo bravío.

Cuando salió la causa del sonido a todos se les formó una sonrisa, era Zyanya pero aún no regresaba a su forma humana y al parecer costaría traerla de nuevo. Encontrar obsidiana de olmecas en territorio Mexica estaría difícil más no imposible. Cuando supieron que era ella Xanastaku y Izel abrazaron a su nueva forma de Zynya, uniéndose al abrazo el pequeño meque ella no rechazo el afecto de sus dos amigos aún en esa forma Meque también era parte de aquella escena tan reconfortante para todos.

—Realmente quería saber sí estabas bien— Xanastaku estaba feliz de volver a verla después de que se había ido de esa forma tan drástica.
—Trataremos de encontrar obsidiana olmeca en Tenochtitlán, seguro la tienen, pero tendrás que esperar aquí, nos empeñaremos en encontrarlo—
Izel a pesar de todo, quería de regreso a la guerrera de trenzas, Zynya se quedó con ellos unos minutos y después de eso se fue de ahí, ¿Por qué? No lo sabían ninguno de los 4 jóvenes, pero no podían esperarla, se iban a la gran ciudad Mexica, en cuanto más caminaban y se acercaban a la entrada Izel estaba serio, sin mencionar casi alguna palabra.

K'in se dió cuenta de que probablemente el lugar afectará más de lo debido a Izel
—¿Estas bien, niño?—
Pregunto al dejar de lado la conversación que tenía con Xanastaku y Yun acerca de sus metas como Uluamas, K'in jamás dejaba de hablar de ser Uluama amenos de que fuera por algo importante.

Izel lo miro y sonrío levemente, contesto:
—Sí... Solamente que este lugar me trae muchos recuerdos que no quisiera remover, pero es necesario—
Se quedaron en silencio unos segundos y Xanastaku corto ese silencio
—¿Por Neli?...—
—Sí, pero son recuerdos muy dulces y cálidos que probablemente no cambiarán, estoy bien, no se preocupen—
Izel había cambiado, K'in se limitó a mirarlo arqueando la ceja y decir “Esta bien” sin embargo Yun y Xanastaku veían más raro de lo habitual a Izel porqué probablemente callaba lo que sentía, los héroes callan a veces, al parecer por fin había comprendido que aquellos que nos aman jamás nos abandonan. Meque se froto contra la mejilla del pequeño campeón, después subió a sus cabellos castaños dónde se acurrucaria, Izel río levemente al ver el comportamiento del ajolote rosado, quizás fue una muestra de cariño, eso pensó Izel.

Arriba de ellos volo una gran garza blanca que iba directamente a Tenochtitlán, soltó algunas plumas blancas y suaves arriba de ellos, Izel tomo una entre sus manos y miro el cielo turquesa, Neli estaba ahí con él, siempre lo estuvo.

Cuando llegó a la entrada habían guardias que no le negaron el paso, para ellos resulto un poco extraño, pero lo pasaron por alto.

—Bueno, deberíamos estar agradecidos a que no nos atacaron como la penúltima vez—
Dijo K'in algo sarcástico, Yun lo miro con desagrado por su comentario
—k'in
—¿Qué? Es la verdad, casi nos matan esa vez, si no fuera por Xanastaku no estaríamos aquí—
Yun iba a decir algo cuando Izel lo interrumpió
—K'in tiene razón... No tenemos un emisario con nosotros para que nos dejarán pasar así como así, menos en esta ciudad...
Los cuatro jóvenes estaban alerta después del comentario del castaño, probablemente sería una trampa.

—¿Me estás diciendo que llego antes qué nosotros y caímos en una trampa?—
Dijo K'in mientras caminaba mirando a la gente de su alrededor que le prestaban atención a los extranjeros porqué claramente se veía que no eran de ahí.