Sentencia de amor

Capitulo 20

Capitulo 20
Pueden escuchar esta canción hasta que acabe el relato del fin de semana.

«Tengo mi amor guardado en mi corazón, como un vino añejándose para una ocasión especial, cuando estemos juntos.»

El fin de semana pasa como una nube gris de añoranzas. Los recuerdos retumban las paredes de sus cuartos y su sueño se vuelve tan inestable como el futuro.

En medio de esa melancolía el recuerdo del mágico momento en el barco vuelve a ellos como si estuviesen conectados.

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Flashback

La luz de la luna y el brillo de las estrellas acompaña al sonido de las olas chocando. Se terminan la botella de vino con la profunda necesidad de guardar para siempre este instante y es entonces cuando Mark va a buscar un papel y una pluma.

En aquel papel ambos escriben algo.
«Eres quien me volvió a juntar pequeña Grey» —Mark
«Es como si estuviera infectada por Mark Sloan» —Lexie

«Tengo mi amor guardado en mi corazón, como un vino añejándose para una ocasión especial, cuando estemos juntos.» —Lexie y Mark—

Al cabo de unos segundos de mirarse intensamente lo doblan y meten que la botella de vino que había vaciado tan solo unos instantes atrás enseguida colocan el tapón sellando la botella y sellando su amor para arrojarlo a la inmensidad del mar donde no hay más tempestad que la marea de las olas. La botella naufraga por el mar al tiempo que sus labios se encuentran.

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Sin saberlo ambos están en sus camas aferrados a los recuerdos, a ese momento en especial, ese momento que los está haciendo sollozar tanto que las lágrimas se sienten como una simulación de las olas de mar y el dolor se siente como la marea brava en épocas de tormenta.

De pronto la luz de la luna acompañada del brillo de las estrellas y de fondo la melodía de las olas se siente tan lejano.

Después de tanto tiempo volviéndose un lobo solitario ahora no podía imaginarse el futuro sin su Lexie. Ella había encontrado su mayor tesoro y ahora tenía que dejar que el tiempo se encargará. Ojalá solo bastara con amarse para no tener que separarse.

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El lunes por la mañana Lexie no está segura de poder sobrellevar el día pero ta vez si es capaz de evitarlo y así sobrevivir.

Pero el destino es un jodido juego de azar en el que los dados están en el aire y el resultado no siempre es el que quisieras.

Mark: Lex, me alegra que hayas llegado.
Lexie: —trata de ocultar su sorpresa— señor Sloan, no esperaba que estuviera aquí tan temprano
Mark: —confundido— ¿volvimos a señor Sloan?
Lexie: —algo nerviosa— solo pensé...
Mark: —su tono oculta la resignación que en ese momento sintió— está bien... Carmen ha regresado al país y vamos a reunirnos con ella de nuevo.
Lexie: ¿quieres decir que por fin ha llegado la hora?
Mark: si. Es hora del jaque mate.

Se quedan hablando del caso y de otros pendientes antes de cada quien concentrarse en sus tareas.

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Los siguientes dos días Lexie se la pasa la mayor parte del tiempo en la oficina vendiéndose a sí misma la idea de que lo hace para prepararse muy bien para la reunión con Carmen pero en el fondo ella sabe que es porque está infectada y su única medicina es estar cerca de Mark pero el azar hace de las suyas y Mark apenas y ha pasado tiempo en la oficina.

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Es la mañana del jueves, el lunes tendrán la reunión con Carmen pero por ahora había que encargarse de otros pendientes del bufete.

Al llegar ve que la puerta de la oficina de Mark está abierta así que se dirige a cerrarla cuando lo ve en su escritorio causándole una sutil sonrisa.

Lexie: buenos días, señor Sloan
Mark: buenos días, Lexie, pasa
Lexie: —entra a la oficina— no estaba segura de si venía a la oficina hoy.
Mark: —su tono es serio— he estado ocupado
Lexie: claro. Bueno, ahora que está aquí necesito que me firme algunos documentos pendientes. Necesitan estar listos lo antes posible para seguir con nuestros casos.
Mark: Bokhee tiene mi agenda. Veré si tengo tiempo hoy.

Por el conmutador le habla a su secretaria y en cuestión de segundos ella entra a la oficina.
Bokhee: buenos días, señor Sloan. ¿En qué puedo ayudarle hoy?
Mark: ¿cuál es mi horario para hoy?, ¿ tengo alguna hora libre?
Bokhee: tiene reuniones consecutivas todo el día.
Mark: ¿qué tal esta noche?
Bokhee: tiene un compromiso personal.
Mark: —desconcertado— ¿un compromiso... qué es?
Bookhee: usted sabe... su cita a ciegas —al escuchar aquello Lexie hace todo por evitar que se note la sorpresa en su rostro—
Mark: —maldice por lo bajo y se esfuerza por parecer de lo más tranquilo— oh si, me olvide de eso. Gracias Bookhe eso es todo.
Ella regresa a su escritorio.

Mark: lo siento. Como podrás ver esos documentos tendrán que esperar para mañana.
Lexie: —su tono es de seriedad— ¿no vamos a hablar de eso entonces?
Mark: —confuso— ¿hablar de qué? —le dirige una mirada tranquila e inocente que oculta el fuego enardeciendo en sus ojos—
Lexie: —está tan molesta de darse cuenta que esa noche tendrá una cita a ciegas— hace menos de una semana me hablaste de tus sentimientos, creí que trataríamos de encontrar una solución pero ahora ya estás tras la siguiente mujer y ni siquiera tienes la decencia de decírmelo. Soy una estúpida por confiar en ti. Que tu cita sea espectacular.
Mark: Lex, por favor cálmate. No quería que lo supieras porque no quería que te molestarás.
Lexie: ¿en serio?, ¿ahora te importan mis sentimientos?
Mark: ambos sabemos que la gente aquí ha estado sospechándolo de nosotros. Estoy tratando de guardar las apariencias y disipar los rumores. No se quien nos está viendo ni cuando. Esa cita es solo una apariencia. —avanza un paso a ella— Confía en mi. —trata de acariciar su mechón de cabello pero ella retrocede— voy a dormir solo esta noche.
Lexie: no pretendas que diciéndome Lex me olvidare de todo ni tampoco pretendas insultar mi inteligencia si quieres salir con otras mujeres adelante pero no pretendas que es para mi beneficio, es tan patético que utilices eso como excusa.
Mark: Lex...ie, las cosas no son así.
Lexie: no quiero oír más. Si me necesitas estaré trabajando desde casa hoy. —gira sobre sus talones y sale de la oficina con la cabeza bien en alto—

Mark se queda ahí viendo como aquella mujer se va alejando de él y sabe que solo tiene dos opciones: dejarla ir y tal vez eso signifique un final definitivo o ir tras de ella aunque eso signifique arriesgar las apariencias. La moneda está en el aire y necesita tomar una decisión en segundos que se sienten eternos.