La libertad que tanto había deseado por fin llegaba, ya no estaba encerrada y tampoco sola.
Ella era libre.
Y él, que tanto espero su regreso, fue feliz.
Su luz, que parecía casi extinta, volvió a brillar
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La sala de descanso era acogedora, sin embargo, no era el lugar en el que quería estar. De haberse contenido, probablemente hubiera podido ayudar a sus colegas con las clases.
– No puedo contactarme con No. 13 o con Aizawa – Toshinori miraba su celular esperando alguna notificación – ¿Qué le diré a los chicos? – le preocupaba fallar como profesor, así que cambió a su forma heroica para irse.
– Cálmate.
El sonido de la puerta abriéndose captó su atención. De ella salió un ¿ratón?, tenía que admitir que aún no sabía con exactitud qué era. Dentro de los temas de discusión entre los profesores, aún se debatía si se trataba de un perro, un oso o un ratón.
– ¡Señor director!
– A pesar de tu condición, sigues saltando hacia el peligro – su voz era algo aguda, relajante – Siempre y cuando la sociedad no se entere, seguirás combatiendo el crimen a tiempo completo. Aunque debes considerar que ahora también tienes una nueva generación que guiar.
Pese a la tranquilidad con la que hablaba, se sentía como un sermón.
– Quizá son muchas las responsabilidades, pero debes tener en cuenta que hay muchos héroes ahí afuera, no tienes que cargar con todo tu solo – All Might sabía hacia dónde se dirigía la conversación – Sé que cuando secuestraron Izuku te sentiste responsable, pero intenta pasar página para que ese error no se vuelva a repetir.
– Entiendo a qué se refiere, es por eso que tengo que ir a la USJ – dijo Toshinori.
– Están por llegar, ¿O me equivoco?, mejor espéralos aquí mientras recuperas tus fuerzas – ofreció.
– No ha cambiado para nada director.
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– ¡¿Siguen todos aquí?! – preguntó Iida.
El caos inundaba el campo de entrenamiento. No todos estaban seguros de que había pasado, así que se encontraban en total desventaja.
– Fuimos dispersados en desorden, pero seguimos dentro de los límites del parque – comentó Shouji con ayuda de su habilidad.
Sero, Uraraka, Sato, Shouji, Mina, Iida y la heroína No. 13 fueron algunos de los que pudieron evitar el ataque, así que aún se encontraban cerca de la entrada, tenían oportunidad de ganar si contactaba a los demás héroes. Debían ser rápidos.
– ¡Iida Tenya! ¡Necesito que salgas de aquí y corras hacia la escuela a buscar ayuda! – el don del muchacho era su salvación – Diles que de alguna forma las alarmas no se activaron y que seguimos sin poder comunicarnos, aún no se ha mostrado el que interrumpe la señal.
– ¡Pero sería desagradable si los aban...!
Tenya no se sentía seguro, desde su punto de vista, abandonar a sus colegas en plena batalla era indigno y denigrante. No podía permitirse salir dejando atrás a los demás como si nada, ¿Y si no lo lograba? ¿Qué pasaría si en su ausencia alguien resulta demasiado herido?
