Los renegados

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Me desperté confundido, no tenía clara la noción del tiempo, parece que me quedé dormido en el sofá. Es temprano y no parece que haya alguien en casa, como dije, mientras más me demore quedándome aquí, mis probabilidades se reducen de poder recuperarlos, así que debo moverme, pero ya.

Nicole dijo que vendría con la información, así que esperaré un poco mas, mientras me aseo y me alisto para irme, la ropa que traje de aquella noche quedó arruinada, después de darme un baño revisé en el ropero lo que podría llevarme, antes de poder tomar la ropa del interior del mueble me comencé a cuestionar, si de verdad estoy muerto, ¿Eso no me hace otra version de mi mismo?, ósea ¿Iguales pero independientes? por lo que ¿Está bien que yo tome la ropa de mi yo fallecido?, ¿Siquiera tiene sentido preguntarse eso?, si eso es verdad ¿Cómo podría convivir con naturalidad junto a esta gente que es idéntica a mi familia pero apenas y puedo reconocerlos en personalidad?, ¿Por qué estoy viviendo esto?, ¿Cómo es esto posible?, me quedé por un rato pensando lo mismo, quizá no era el momento de tener esas dudas con la situación actual, de esa forma, si ya había tomado una decisión no me iba a echar para atrás, pero tomar ropa de un muerto que se supone que soy yo mismo, me hace sentir extraño, incómodo, podría decirse, y eso que tomé prestada su ropa con anterioridad. ¿En que rayos estoy pensando?, maldición necesito resolver cada cosa a su tiempo.

Troné los labios y tomé la ropa de mala gana, odiaba esa sensación, pero no tenía de otra.

Cuando bajaba las escaleras, alguien tocó el timbre, así que me dispuse en abrir la puerta, quien era Nicole quien venía un poco agitada.

Nicole: Qué suerte que aún no te hayas ido.
Noa: No, todavía no, te estaba esperando por si aparecías en cualquier momento, dijiste que traerías la información sobre el lugar.
Nicole: Claro, mi padre dijo que era un lugar relativamente fácil de encontrar.
Noa: Genial, ¿A donde me tengo que dirigir?.
Nicole: Debes tomar el bus de la séptima ruta, dirígete a la explanada de cerezos, luego toma la calle Aruma, llega al fondo, y ahí comienza su territorio, debes tener mucho cuidado, esa gente es muy insistente, y algo peligrosa, sobre todo si se sienten amenazados.
Noa: Ok creo que me perdí un poco.
Nicole: Toma, esta es la nota, y un mapita que hice rápido para que te guíes. Antes de que te vayas necesito que sepas algo mas de los rezagados, sino nunca los encontrarás.
Noa: ¿No que era fácil de encontrarlos?.
Nicole: Dije relativamente, pero es mejor que los sepas, es mejor ir informado.
Noa: Soy todo oídos, cuéntamelo todo.

Nicole comenzó a contarme sobre el lugar al que tenia que ir, se trataba de la zona rezagada, una pequeñísima parte de la ciudad donde vivía gente carroñera y que viven al día. Pero si buscas información sobre rumores, noticias, de algo o de alguien, ellos lo sabían todo por alguna razón, todo a cambio de algo de gran valor o dinero, la gente de por ahí tiene la tendencia de ocultarse muy bien como simples vagabundos, por eso es que había que dar una señal si querías que alguno te ofreciera de su oficio, ella me aconsejó que debía mostrarme con seguridad, y que estuviera dispuesto a pagar lo que fuera para que ellos me ayudaran.

Nicole: Eso era lo mas importante que necesitabas saber, de lo contrario te ibas a quedar a medias.
Noa: Gracias, me servirá de mucho, no podré perderme con esto, ahora me pondré en marcha.
Nicole: ¿No quieres que te acompañe?, me preocupa un poco que te aventures solo.
Noa: Estabas de acuerdo con mi decisión, suena como si te estuvieras arrepintiendo.
Nicole: Regresa de inmediato si te encuentras en peligro.
Noa: No te prometo nada.
Nicole: No era una pregunta, era una orden, tienes que hacerlo, podemos ayudarte.
Noa: Esta bien, lo intentaré. Oh, ¿Por cierto tendrás dinero?.

Después de endeudarme con Nicole, Me dispuse ir rumbo hacia mi destino, esperaba que no estuviera tan lejos el camino, pero fue un viaje largo, cuando llegué al final de la calle Aruma, se notaba que eran calles viejas, supongo que un lugar de escasos recursos, estando en aquel lugar sentía las miradas curiosas, como si esperaran algo, otros solo pasaban de largo, y muchos otro estaban en grupos de a tres o de cinco, unos trataban de prender fogatas en medio de la calle, era un lugar desamparado hasta por dios, cuando creí que era el momento, decidí hablar en voz alta para llamar la atención de todos los rezagados que pudiera entre toda esta gente de por aquí.

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