RentBoy - TaeKook

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Jungkook había esperado cualquier cosa menos aquello. Yugyeom jamás había intentando sorprenderlo con algo.

-Ya estamos aquí -había dicho Taehyung, pero a él le fue imposible responder.

Taehyung había llegado al sitio indicado a las ocho en punto. No sabía muy bien porque, pero esperaba que intentará sorprenderlo con carísimo traje italiano de corte impecable y conduciendo un descapotable con motor de porcelana para llevarlo a uno de los exclusivos restaurantes de moda en Seúl. Eso es lo que hubiera hecho Taehyung Y por supuesto lo que hubiera hecho cualquier chico que quisiera conquistar a un hombre como él en su círculo habitual. Esa precisamente era la primera ofensa que Jungkook tenía preparada esa noche para Taehyung, para que comprendiera que no tenía nada que ver el uno con el otro.

Así que Jungkook, previniendolo, se había puesto unos jeans oversize que estaban ya algo desgastados, una playera negra con una camisa de cuadros encima y sus preciadas botas negras.
Sin embargo, Taehyung había llegado en metro. Llevaba un pantalón con estampado de cuadros, unos zapatos completamente negros, un suéter gris y encima una chaqueta café.

Al ver aparecer a aquel tipo inoportuno, vestido de esa manera, con aquellas ropas que le sentaba realmente bien, sintió un dolor de disgusto, aunque también de timidez.

-¿Preparado? -le había preguntado con una sonrisa.

-Preparado -le había contestado él un poco molesto porque este primer golpe de efecto no hubiera salido como esperaba.

Ya tendría tiempo de negarse a todo, de decir que no le gustaba el lugar que había escogido, ni el vino, ni los platos que le sirvieran, ni la conversación, ni su compañía... Ese era el plan, que al final de la noche aquel tipo comprendiera que había tan poco en común entre ellos dos, que de una vez por todas le dejara en paz.

-¿Te gusta la comida china? -había dicho Taehyung de nuevo señalando la bolsa de papel que llevaba en la mano y que evidenciaba un par de grandes manchas de aceite en su superficie.

Aquí Jungkook no puedo disimular su sorpresa. ¿Una cena por la que había rogado como un condenado y el elegía comida para llevar? ¿Y China? Desde luego debía reconocer que quizá se había formado una idea falsa de aquel individuo. No debía mostrar la menor debilidad.

-¿A dónde vamos? -fue la pregunta voy a pues evidentemente no irían a un restaurante, Y si tenía que terminara en uno de los escalones de las callen en Itaewon.

-Es una sorpresa -contesto el guiñándole un ojo-. Vamos.

Temió que intentará tomarlo de la mano pero eso no sucedió.

A aquella hora en la calle esta animada. Empezaron caminando en la avenida principal, después siguieron caminando entre las demás calles. Itaewon realmente parece un laberinto. Jungkook sentía eterno el camino, pero prefirió no preguntar y adoptar un aire desconfiado que no delatará que estaba realmente alarmado ante aquella maniobra. Solo esperaba no terminar comiendo en un callejón donde apenas y entraba luz, viendo a los turistas caminar por ahí.

Taehyung caminaba a su lado, callado pero atento a cualquier cambio en sus semblante, apartándose cuando se cruzaban con algún peatón. Jungkook no puedo dejar de observar que en cada una de estas ocasiones lo tomaba por la cintura para que él también dejará paso. Aquel contacto le era incómodo... y atractivo. La imagen de una lejana noche volvía su cabeza una y otra vez pues los dedos de Taehyung habían estado posados en aquel mismo lugar, pero sin ropa de por medio. Tuvo que respirar profundamente para alejar unos pensamientos qué le provocaban un sofoco perturbador.

-Aqui es -había dicho Taehyung cuando ya prácticamente había un recorrido todo el barrió.

Jungkook miró a ambos lados. En su misma acera había una gran obra donde construyen nuevas infraestructuras. En la otra estaba rehabilitando un par de viejos edificios que mostraban la fachada cubierta por andamios y lonas. Tráfico y gente que iba y venía. Ningún sitio donde ubicarse a degustar aquella cena tan... especial.