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—¿Jungkook?— volvió a llamarlo Sooyoung y el se dio cuenta de que debía reaccionar antes de que alguien empezara a sospechar que algo no iba bien.

Sin mirarlo dejo la bandeja sobre la mesa y fue hasta donde su amiga lo esperaba. La mayoría de los invitados ya estaban acomodándose aunque no veía a Yugyeom por ningún lado. Hacia un momento estaba ahí y ahora... Si no cierto alivio. Lo conocía tan bien que sabia que su turbulacion no le hubiera pasado desapercibido.

Solo cuando estuvo junto a Sooyoung se atrevió a mirar de nuevo a aquel hombre brevemente a los ojos para ver si el lo había reconocido.

En ese momento le pareció apreciar confusión y sorpresa, aunque no estaba seguro. Fue tan breve que no supo que opinar, y a pesar de ser una mirada fugaz , noto como su corazón se aceleraba dando paso a un miedo irrefrenable. 

Poco había cambiado en el en estos años. Quizás el cabello mas corto y la barba un poco crecida. Por lo demás, debía reconocer que seguía siendo el mismo chico guapo y atractivo que una vez recorrió su cuerpo pulgada a pulgada hasta hacerlo estremecer de placer. Ahora, sin embargo, solo le provocaba miedo, pavor. Aquel hombre, si llegaba a identificarlo, podía destruirlo. Un solo comentario y toda su vida se desharía como un helad al sol.

—Este es Taehyung —dijo su amiga sin percatarse del tsunami que se estaba formado dentro de ella—. No me digas que no es encantador. 

Sooyoung siempre nos sorprende con sus acompañantes.

Jungkook no sabia su nombre. En aquel encuentro ninguno de los dos lo había pronunciado. Tampoco se atrevía a mirarle a los ojos de nuevo.

Alzo ligeramente la vista, pero solo basta hasta donde el le tendía la mano. Era grande y fuerte, con la piel bronceada por el sol. La estrecho de forma fuga, como si quemara, sintiendo otra bocada de pánico al recordar que aquellos largos dedos habían estado dentro de el, en lo mas intimo, jugando y acariciando hasta arrancarle sensaciones nunca antes conocidas. El se resistió un momento a dejar que su mano escapara, lo que hizo que Jungkook lo mirara a los ojos por segunda vez. Lo que vio lo desarmo por completo: curiosidad y sorpresa. Ahora estaba seguro y aterrorizado.

 Aquel hombre estaba preguntándose si no lo había visto antes. Jungkook aparto los ojos al instante. Quizás esta había sido la primera vez que se enfrentaba a aquellos iris verdes directamente. Durante aquella lejana noche había evitado mirarlos. No quería recordar al tipo que la estaba arrastrando a una cama de hotel sin apenas hablar. Se sorprendió de su color. Los recordaba hermosos, pero no tanto.  

Decían que el diablo era asi, una mezcla de belleza y maldad. Habia soñado muchas veces con aquel hombre que ahora tenia delante. Mas de las que se atrevía a reconocer, y siempre habían sido sueños húmedos. Sueños en los que se le escapaba un gemido, apretaba los muslos y terminaba haciendo el amor con su prometido, asombrado y satisfecho de que su chico lo asaltara de aquella forma salvaje a la mitad de la noche. 

El pánico y también la esperanza se debatían en su interior. Quizás ni la reconociera. Al fin y al cabo un hombre como aquel disfrutaría de una amplia cartera de clientes y clientas, en que el solo había usado sus servicios en una única ocasión ya casi olvidada... Las palmas de las manos las tenia húmedas y notaba como las rodillas le temblaban. Nunca había sentido algo similar: una sensación de inseguridad, de desasosiego de entrarse ante un abismo y tener ya un pie en el aire.

—¿Ya te han presentado a mi prometido? —pregunto Yugyeom apareciendo a su lado y tomándolo por la cintura. Fue un gesto tierno y a la vez posesivo. Como una señal de que aquel chico era suyo, solo suyo, y un tipo tan bien plantado como Taehyung no debía aspirar a nada con su chico.

RentBoy - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora