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Al fin había dejado de llover y parecía que en las próximas jornadas tendrían una jornada de sol. La primavera en Seoul era así: una mezcla de agua y tenue calor que volvía los días verdes y luminosos.

Menos los homenajeados, ya estaban todos, aquí y allá, al rededor de la mesa o junto a la chimenea, con cerveza o vino en la mano, a la espera de que alguien anunciara que empezaba la cena.

Sooyoung, la anfitriona, no dejaba que nadie se acercara a la cocina. Solo unos pocos amigos cercanos estaba ahí. Mientras uno cortaba el apio para la ensalada, otra enjuagaba los vegetales o daba las ultimas vueltas a la salsa que acompañara el arroz y los fideos. Aquella noche era muy especial. En algún momento sonó el timbre de la puerta.

—Yo abro —dijo Sooyoung limpiándose las manos en su mandil y mirando de reojo al reloj— Deben ser ellos. Yugyeom siempre es puntual.

Dio un ultimo trago a su copa de vino y emprendió camino para recibir a los protagonistas de aquella velada. Todo estaba perfecto, como siempre. La mesa decorada, la chimenea crepitante, sus amigos felices y entretenidos en charlas triviales y ligeras, y la cena casi lista para ser degustada. Se sintió satisfecho. Pocas cosas le hacían feliz que pasar unas horas con sus amistades de toda la vida a las que apenas veía. El mundo estaba cambiando de forma vertiginosa y cada vez tenia mas claro.

Cuando abrió la puerta no pudo menos que sonreír de placer. Ahí estaban los dos, la pareja perfecta. Yugyeom y Jungkook. Dos personas echas el uno para el otro. Ellos eran la clara prueba que existía el amor verdadero y duradero, de que era algo real, cierto, y que podía ser tranquilo y sereno como en este caso.

Yugyeom era el perfecto caballero y así lo demostraban sus ademanes modelados por la mas exigente educación. Y también era guapo, lo que no estaba de mas. De ojos rasgados y cuidado cabello negro. No tenia un cuerpo atlético, aunque si estaba en forma; la mejor en la que podía estar un neutro cirujano recién graduado.

De su mano iba Jungkook ¿Desde cuando estaban juntos? Ya no lo recordaba. No tenia una imagen de uno sin el otro. Toda la vida quizás. Desde que eran niños.

Jungkook era su mejor amigo en aquel momento y posiblemente la persona mas dulce con la que jamas se había encontrado. Su confidente, podría decirse, si es que el necesitaba algo así. Era un chico muy bonito y algo bajo, de piel blanquecina y con cabello igual de negro que el de Yugyeom. Alguien podría confundirlos con hermanos gemelos si no fuera porque de vez en cuando, como de forma casual, se besaban. A Sooyoung siempre le había parecido que su amigo había decidido estar en la vida un paso por detrás de su prometido. Incluso ahora, delante de ella. Y eso que Jungkook tenia suficientes méritos como para brillar con su propia luz.

Mientras Yugyeom aun terminaba su carrera, Jungkook ya era director de marketing de un grupo de cosmética en el que lo tenían muy valorado. Eso y su belleza. Por que si bien en una primera impresión podría dar la imagen de ser un chico bonito, si se trataba con el por unos minutos, era un hombre tímido pero deslumbrante. Sooyoung nuca había podido descubrir por que. Quizás era su forma de hablar suave y tan apasionada, su manera de moverse tan elegante pero coqueto, el brillo de su mirada como si fuera una galaxia. Siempre había pensado que Jungkook era mucho mas de lo que mostraba, de lo que dejaba ver, de lo que podía transmitir.

Y ahí estaban los dos, para celebrar que en una semana Yugyeom se marcharía a París por un mes completo para terminar la ultima fase de su carrera de la que volvería siendo el neurocirujano mas joven, guapo y preparado para su continente. Y también para brindar porque en unos meses la pareja se daría el «si quiero» en la boda mas esperada que vería Corea en mucho tiempo y que Sooyoung se estaba encargada de organizar.

RentBoy - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora