"Capitulo 1"

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1º Gabriel

Y ahí estaba yo, sentado en la costa de la playa con la chica más bonita de toda la escuela Sophie, ella era rubia de ojos claros, y cabello ondulado que le llegaba a los hombros, tenía un vestido rosa que le quedaba genial.

En el momento que admiraba su belleza, empezó a sonar su teléfono.

-Es mi novio- dijo con susto y se levantó rápidamente de la manta que nos cubría de la arena.

-Creí que ya lo habías cortado, porque te gusto yo ¿Verdad? – dije enojado.

Ella soltó una risita que decía todo lo contrario a lo que yo le había dicho- y se fue poco a poco.

Me quede un momento más en la playa, a escribir en mi libreta, en ella escribía mis sentimientos o pensamientos, lo hacía en forma de poema o escribía pequeñas canciones, claro no tenía muchos poemas porque solo he tenido 3 novias en toda mi vida. Natalia, Liliana y Mariana.

Natalia, fue mi primera novia, ella era inteligente, y era linda, pero estaba el "famoso ex inalcanzable guapo que nunca van a olvidar", apenas tenían 2 semanas que había empezado una relación con ella y su ex la fue a ver a nuestro salón y se le declaro frente a todo el salón, dejándome a mí en ridículo. Ella sin pensarlo dos veces acepto y me corto en voz alta.

Liliana fue mi segunda novia, solo duramos 1 mes, se fue a vivir a Canadá quería hacer lo de una relación a larga distancia, pero no funciono, apenas iban 2 días y ya estaba celosa de si salía con amigos, aunque la verdad no sé de qué no tengo ni amigas y mucho menos amigos. Y termine con ella al tercer día, simplemente sabía que no iba a funcionar, aunque la quería mucho.

Mariana fue mi última novia, con ella no dure nada, solo fue como 5 horas y si solo fui parte de un reto, ella con su grupo de amigos me molestan cada que pueden, y un día se acercó y me dijo que le gustaba y que solo por eso me molestaba y le creí, pero después se acercó otra vez y me dijo la verdad.

En fin, me quede un rato más en la playa escribiendo en mi libreta, esa libreta es como mi secreto, la tengo desde que entre a la secundaria antes solo escribía metas o sueños que me gustarían cumplir con el amor de mi vida, claro sin pensar que sería tan difícil encontrar a alguien que te quiera y te valore tal y como eres. La lista era un poco corta, pero me gustaría hacer algo así con alguien algún día. En cuanto el sol se metió totalmente regrese a casa.

Mi madre me estaba esperando en la cocina con mi comida favorita, se me hizo raro porque casi no la veo en todo el día, se la pasa trabajando y no tiene tiempo para mí, cuando llegué con ella me miró como si fuera a morir y me tuviera compasión, quería preguntarle qué pasaba, pero en eso me saludo.

-Hola Gabriel, te estaba esperando para cenar juntos. – Dijo entusiasmadamente.

- ¿Por qué no estás trabajando en la clínica? – pregunte dudoso

Mi madre no me dijo nada solo sonrió, se fue a la mesa y la seguí, nos sentamos mientras yo encendía la tele, mi madre soltó un llanto predecible porque en sus ojos se veía que quería o iba a llorar

- ¿Qué tienes? ¿Estás bien? - dije un poco preocupado

- Gabriel, has estado olvidando mucho las cosas y mande a hacerte unos estudios para saber si estás bien o no... Los resultados me llegaron al correo por la mañana y decían que tienes amnesia anterógrada.

En ese momento sentí como el mundo se me venía encima por la noticia que mi madre me había dicho, en eso sentí unas ganas inmensas de llorar.

Mi madre me tomo de la mano.

-Estuve investigando alguna escuela o un internado donde te puedan ayudarte con tu enfermedad y encontré uno que te puede interesar- dijo secándose los ojos.

Yo no le dije nada, solo me fui a mi cuarto después de acabar de cenar, me tumbe en la cama boca abajo, me quede pensando en mí, en mi familia, en los recuerdos que tenia de mi padre antes de que falleciera, ya no los iba a recordar, nunca más. Esa noche me fui a dormir un poco decepcionado de mí, por mi enfermedad, aunque nada de lo que estaba pasando no podía controlarlo. 

"Un amor imperfecto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora