"Capitulo 11"

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Me fui con el mesero, me llevo hacia los baños que estaban un poco alejados de la mesa con Mia.

- Señor Gabriel, le iba a decir que en este restaurante somos muy románticos cuando vienen parejas a visitarnos, cuando piden una canción para bailar, siempre despejamos las mesas que están en el centro del restaurante, ponemos luces o algo que usted quiera y ponemos la canción en las bocinas, si quiere podemos hacer eso a la hora de poner su canción, y cuando canten también. Le vamos a dar un micrófono, a la chica le ponemos una silla en medio para escucharlo y podemos grabar, pero ese si con un aparato suyo.

- Si me agrada mucho la idea, hay que hacerlo.

- De acuerdo, entonces quiere que pongamos luces o que le gustaría que pusiéramos.

- ¿Tiene luces en forma de estrellas o algo parecido a las estrellas?

- Tenemos luces en forma de pequeñas estrellas, y también tenemos lámparas en forma de tubo con pequeños estampados de Luna y de mariposas ¿Qué le parece?

- ¡Perfecto! Cuando la pondrían o como le hacemos para que yo sepa.

- Nosotros le avisamos, pero en cuanto vea que algunos meseros empiezan a mover mesas en el centro es su señal.

- De acuerdo, y un favor, ¿podrían grabar todo con esta cámara? – pregunte dándole la cámara.

- Claro que sí, yo mismo me voy a poner en la mejor vista del restaurante para que se pueda ver todo – dijo sonriendo.

- De acuerdo, y muchas gracias por la idea – dije despidiéndome.

Estaba nervioso de lo que iba a pasar, tal vez le gustara, tal vez no, pero conociéndola siento que le iba a encantar, cuando me fui otra vez a la mesa con Mia, me pregunto muchas cosas.

- ¿Pero cómo o cuando hablaste con mi abuelo? – pregunto mientras tomaba un poco de agua, y ponía sus manos arriba de la meza y su barbilla sobre ellas.

- El día del accidente, yo me fui a mi cuarto cuando habían apagado todo, estaba escribiendo y tocaron a mi puerta, no quería abrir, pero me dijo que era tu abuelo, y le abrí, después nos fuimos a la cafetería a platicar y el me ayudo a planear todo. – dije poniéndome en la misma posición que tenía ella.

- Espera – dijo con la mirada baja.

- Solo la mire.

- Dijiste que estabas escribiendo ¿Verdad?

- Asentí, ¿Por qué? – pregunté nervioso, se imaginaba que el poema era para ella, y si lo es, pero no quería que se enterara.

- ¿Ese es mi poema? – pregunto con una cara muy tierna.

- Tal vez no, tal vez si – dije desviando la mirada.

- Bueno, espérame un momento, voy al baño ¿Si? – dijo y se levantó.

- Sí, aquí te espero.

Cuando ella se fue, estaba buscando al mesero con la mirada, no lo encontraba unos segundos después, vi que unos meseros empezaron a quitar mesas del centro y empezaron a poner unas luces en unos tubos grandes, parecía una casita de luces y se veía muy lindo todo, después el mismo mesero que me había dado la idea, me fue a ver a la mesa, me dijo que me fuera con él para que tuviera una entrada más bonita, me fui con el mesero, Mia aun no regresaba.

- Mira ya está casi todo listo, ahorita que ella regrese del baño, se va a sentar en su mesa, pero no vas a estar con ella, después las luces del restaurante se van a apagar, y va a empezar a sonar la melodía de la canción, después las luces en forma de estrella se van a encender y un mesero va a ir por ella a su mesa para ponerla en el centro, después entrarías tu cantándole, cuando acabe la canción y pongamos la otra para bailar, igual le ponemos la canción, bailan y después ya se acabaría todo.

"Un amor imperfecto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora