Nayla:
El ambiente está tan tenso que se puede cortar con un si, todo está patas arriba y no puedo negar que la situación está preocupante. La mayoría de los chicos están unos contra otros, cosa que en estos momentos no ayuda mucho, Ana vive peleando con Stefan y ahora rehúye a William como si tuviera la peste. Las discusiones entre Venon y Jay son cada vez más fuertes, Crystal odia todo y a todos, Paloma está deprimida y no habla con nadie… en fin, la casa es un desastre y encima, nos estamos quedando sin alimento.
Habíamos decidido salir hoy después de la cena a ver si encontrábamos algo de comer. Mis interacciones con Mark habían aumentado bastante, pues aunque me gusta hacerme de rogar, me sentía bajo tanta presión que tenía que desahogarme con alguien y Mark era perfecto para ello. También me he acercado bastante a Jay, y se podría decir que nos hemos hecho amigos, mientras más charlábamos me daba cuenta de que no le importa nadie más que no sea él y que tiene una obsesión insana con Camille, incluso yo sabía el pequeño plan que había ideado para quitársela a Venon antes de que lo consumara. Ahora mismo estábamos todos sentados a la mesa, comiendo silenciosamente, sumergidos en nuestros propios pensamientos, el tiempo transcurrió y cuando todos terminamos, Ana y William se levantaron a lavar los platos. Yo por mi parte, me dirigí al balcón a tomar un poco de aire, por supuesto, Mark me siguió.
- El ambiente está pesado ahí adentro. – murmuró parándose a mi lado.
- Y que lo digas… - repliqué.
– Ya me estoy hartando de tanta tensión.
- Tus amigas sí que saben complicar las cosas. – dijo arqueando las cejas. – Una entusiasma a un chico para luego evitarlo como si fuera una plaga y la otra, se hace novia de uno y le pone los cuernos con su mejor amigo. En el fondo me alegro de que tú no compliques lo que tenemos. – suspiró.
- ¿Lo que tenemos? – ahora fue mi turno de arquear las cejas.
– Entre nosotros no hay nada, solo nos estamos usando como pelotas anti estrés.
- Sea lo que sea. – dijo encogiéndose de hombros.
– Pero no es complicado y no lo vamos a complicar. – añadió seriamente.
- Estoy de acuerdo, no hay que poner las cosas difíciles, disfrutemos mientras podemos, en definitiva, no sabemos a ciencia cierta cuando vamos a morir. – concordé con él y me encaminé al interior de la casa.
- Nayla. – me llamó y me volteé para mirarlo. - ¿Conseguiste lo que te pedí?
Solté una pequeña risotada.
- No, no encontré ninguno. – le informé. – Además… ¿Quién te dijo que ibas a follarme esta noche? Es cuando yo quiera, no al revés.
Me giré con una sonrisa en el rostro y me encaminé a la habitación que compartía con las chicas, pero antes decidí hacer una pequeña parada en la cocina para tomar un poco de agua, sin embargo, al llegar la escena que presencié me dejó un poco en shock. Ana estaba recostada a la encimera con los ojos cerrados y los pantalones bajados mientras William tenía la cabeza entre sus piernas, obviamente haciendo un buen uso de su lengua.
Me fui tan rápido como entré, definitivamente esos dos se iban a ir al infierno por andar con tanto exhibicionismo, aunque yo no era nadie para juzgarlos dado a lo que hice en el balcón con Mark hace una semana. Cuando entré a la habitación me encontré con más de lo mismo, Camille y Jay estaban a punto de tener sexo rápido contra la pared.
- ¡Pero…! ¡¿Qué mierda le sucede a la gente de esta casa?! ¿Acaso hoy es el día de follar y no me he enterado? – exclamé y ambos se separaron. Jay me miró con cara fastidiada.
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The dead not there
Random¿Alguna vez has oído hablar de zombies? No me refiero a las películas baratas que compraste para ver el fin de semana o a tu vecinito disfrazado en Halloween, me refiero a esos asquerosos cadáveres andantes que han hecho nuestras vidas un maldito in...