Camille:
Diez meses desde el apocalipsis:
La ronda en las noches se volvío algo cotidiano, correr y disparar era como tomarse un vaso de agua en estos momentos, así de fácil y sencillo. Salimos esta noche y el movimiento de zombis a aumentado, hay muchos más que los últimos meses. ¿Encontramos alguna manera de que nos rescaten? ¡No! Ninguna radio servía en este puto lugar, los teléfonos habían sido desechados hace mucho.
-¡Chicos por aquí!- el susurro de Anna me alarmó, debiamos continuar el camino andando, el auto se había quedado sin combustible.
Esto era una mierda, nos habíamos dispersado sin darnos cuenta, nos separamos de los chicos y esto no pintaba bien.
-¡Argg!-aquel gritó nos ordeno a correr de manera automática.
No podía perder tiempo disparando,demasiados zombis nos perseguían era imposible acabar con tantos. Corrimos entre miles de pasillos hasta que llegamos al limite, un callejón sin salida, ahora si que estabamos muertas.
-¡Subid!- una escalera tejida de soga aparecio a nuestra derecha.
Anna no lo penso dos veces y subió a toda prisa, miles de disparos resonaron contra los cuerpos putrefactos, facilitando que subieramos. Unos hombres armados aguardaban allí, esto no pintaba bien.
-Pero bueno, tenemos visitas- hablo un señor de unos cuarenta y tantos, se limpiaba los dientes con un palillo, además de ser grosero simplemente era asqueroso.
-Creo que nosotras ya nos ibamos- me acerque suavemente a la ventana, aun estaban aquellos seres inhumanos gruñendo en el callejón.
-¿Que quieren? No tenemos alimento ni nada que les sirva- Anna salío bruscamente a la defensiva.
-Linda, tienes una vagina, eso es muy importante para un hombre- los otros tipos igual de asquerosos comenzaron a reir.
-Si se atreven a ponernos un dedo encima terminaran muertos- le apunte con el arma que tenía guardada en la tobillera.
Esbozó una media sonriza demasiado macabra, solo me daban arcadas de pensar en las diferentes asquerosidades que pensaba ese hombre. De repente una puerta a sus espaldas se abrío y solo aparecieron más matones.
-¡Suelten las armas!- el silencio en el lugar fue abrumador, al parecer no eran conocidos.
-Vete a la mierda, que conseguiste- el señor le dío una abrazo a un chico de nuestra edad, por alguna razón me tense al verle.
-¿Y esto? Encontraron vaginitas, menos mal, las pajas no ayudan la verdad- el chico toco el rostro de Anna y yo le propine una patada en la rodilla.
-Tenemos una brabucona, creo que me quedare con esta- levanto mi barbilla y entendí de donde le conocía, era el chico que hablaba por teléfono con Paloma.
De un momento a otro todo se volvío negro, era más que obvio. Me habían golpeado en la cabeza para que no observase el camino.
-Tenemos que hacer que los demás de su grupo vengan, vamos a matarlos y hací la ciudad sera nuestra- resonó una voz.
-No te preocupes ellos estan en camino- esta vez reconocía ese tono agudo.
Esto no iba a terminar bien.
Dos horas más tarde:
Me sentía demasiado mal, mis piernas dolían al igual que mi parte intima, al abrir los ojos me quede impactada con la grotesca escena que estaba observando. Estaba desnuda cubierta de una viscozo y extraño liquido blanquizo que olia asqueroso. Anna estaba amordazada en una esquina de la habitación, ella estaba llorando, pero aun estaba vestida. No entendía la situación en la que me encontraba, todo era demasiado confuso para mí.
-Es mi turno ahora pequeñita- aparecío un hombre con aspecto de santa claus version vagabundo, era totalmente asqueroso.
-Es tu turno, pero de morir- con un disparo vi como callo aquel hombre en el piso, con un orificio atravesandole el cerebro.
Mi cara se salpico de sangre, a mi alrededor se escuchaban gritos de lucha y golpes, los chicos habían venido a rescatarnos era más que evidente. Pero por alguna razón todo se movía en cámara lenta para mí. De repente me encontraba en los brazos de Jay.
-Anna... ¿Donde esta?- apenas podía procrear palabras, mi cabeza me escozía, seguro tendría alguna pequeña rajadura.
-Ella esta bien, no te precupes, os llevaremos a casa- su voz agitada era apenas audible entre el barullo de gritos y tiros que se escuchaban.
Al llegar al auto blindado que habíamos tomado de la estación de policía Jay me deposito dentro, Anna ya estaba allí. En el momento en qur me observo supe que algo muy malo me había pasado, sus labios temblaban y sus ojos derramaban lágrimas algo totalmente increible en el. Se lanzo a mis brazos para que le abrazara, no le importo que me encontrase hecha un asco.
-Perdoname porfavor- decía sin parar con voz temblorosa.
Desperte en una cama y en una habitación completamente diferente a donde nos encontrabamos antes. El olor a humedad, tierra y madera era más que evidente. Me levante con lentitud y lo primero que note es que estaba completamente limpia y vestida , ya no tenia ese olor y la bizcosidad encima. Me acerque a la puerta de la habitación y los chicos estaban moviendo de lugar un monton de cosas estaban acomodando el lugar.
-¿Que diablos a ha pasado?- le dije a Stefan que arrastraba a duras penas un saco inmenso de arroz.
-Tuvimos que largarnos de la ciudad, el movimiento de cadaveres ha aumentado y novedad, los psicopatas que querían nuestras cabezas ya no son un problema- me dijo antes de seguir su camino.
Camine hacia la puerta del exterior y me quede pasmada, estabamos en una especie de casa en el medio de una pradera rodeada por lo que al parecer era una especie vallas de puas. Habían dos autos, una camioneta y un camión estacionados fuera de la casa. Los chicos bajaban sacos de de arroz y legumbres de allí, al parecer habían encontrado comida para traerla.
-¿Como te sientes?- Anna toco mi hombro tomandome de sorpresa.
-Estoy bien ¿Que ha pasado?- le dije.
-Despues de que los chicos nos rescataran tuvimos que salir de la ciudad ya que una bola de zombies arrazo con el lugar- su mirada era triste.
-Ya veo, nos trajeron a un lugar inospito por lo que veo- le dije mirando aquel paisaje completamente verde a nuestra alrededor.
-Sí, salimos y durante horas estuvieron conduciendo hasta que Mark que estaba en la parte trasera de la camioneta con unos audiculares vio el lugar y los chicos encontraron el camino hacia aqui, fue complicado llegar ya que el camino estaba cubierto de plantas- dijo y solto un suspiro- desde anoche estan trabajando, arreglaron gran parte de la cerca de puas que rodea el lugar y encontraron un lago que esta a menos de tres metros de aquí, tambien encontraron una planta de energía renovable y tomaron unos paneles y un generador, asi tendriamos luz en el lugar.
Me impresiono saber toda esa información, todos se estaban esforzando bastante.
-¿Donde esta Jay?- solte incosciente.
-Esta arreglando la cerca alla- señalo y lo pude ver a la lejania.
Comence a caminar hasta hacercarme a el, estaba sudoroso y la camiseta que traía puesta tenia ¿sangre? ¡¿Que mierda estaba herido?! Eche a correr hasta el y le revise la espalda y el pecho viendo la cicatriz que se había hecho meses atras por mí.
-Pero...esta sangre no es tuya ¿Porque tienes sangre encima?-le dije mirandole a la cara.
Se mantuvo en silencio y siguio acomodando nuevas puas en las vayas.
-¡¿Pero que mierda Jay?!- le grite y el solo se volteo y suspiro antes de empezar a hablar.
-Tuve que arrancarle las cabezas a Venon y a Kristal ya que los demás no podrían ¿Satisfecha? Entra por favor y no me hagas repetirlo- dijo y continuo con su tarea.
En otro momento tal vez le huviera respondido o insultado, pero me quede anonada y comence a caminar. Venon estaba muerto, se había convertido en zombie y Jay había acabado con el, su mejor amigo. Nunca fui una chica debil pero mi cuerpo reacciono desplomandoce en el suelo una vez más.
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The dead not there
Acak¿Alguna vez has oído hablar de zombies? No me refiero a las películas baratas que compraste para ver el fin de semana o a tu vecinito disfrazado en Halloween, me refiero a esos asquerosos cadáveres andantes que han hecho nuestras vidas un maldito in...