11. El beso

22 5 1
                                    

Capítulo 11

Bella

Empezamos a comer como locos por el hambre que teníamos.

Estuvimos hablando de cosas sin importancia y de vez en cuando nos reíamos. Su sonrisa me hacía sentir segura, me encantaba. Sus dientes blancos perfectamente colocados y sus hermosos labios.

Sus ojos eran otro royo. Eran verdes, un verde penetrante y tenían un brillo. Cuando se reía se le formaban unas arrugas en los ojos, pero no eran feas eran preciosas. El era precioso... pero no, no me podía enamorar. Vale, era guapo pero no quería un relación, no ahora, ahora tenía que empezar la universidad. Además solo me parecía guapo, nada más.

Cuando terminamos de comer ya era casi de día.

- ¿Te ha gustado la comida? -me preguntó todavía con la boca llena de el último bocado que dio.

- Si, estaba muy buena, gracias -dije gracias porque el había pagado la comida, no dije nada, no me gustaba gastar mi dinero, si alguien lo pagaba mejor para mi. Yo no me peleaba por pagar como otra gente.

- Tu más -vale, eso no me lo esperaba, para nada.

¿Qué respondía? No tenía ni idea.

- ¿Gracias? -los nervios se apoderaban de mi cuerpo, nunca me habían dicho nada así, ¿vale? Por eso me ponía nerviosa.

- ¿De nada? -dijo riendo - ¿Nunca te han dicho nada así?

- Pues no, como te dije mi padre no me dejaba salir de casa.

- En eso te doy la razón, pero lo que he dicho es verdad.

- Cambiemos de tema.

- ¿No te gusta hablar de esto? A mi si.

- A mi no. Ahora que lo pienso, llevamos ya unos días viviendo en la misma casa y no sabemos nada de nosotros, cuéntame algo.

- Será porque hemos estado discutiendo todo el rato.

- Será, pero todo por tu culpa -encima me iba a echar la culpa de haber discutido, todo fue culpa suya.

- Bueno, pues no se que contarte.

- Entonces empiezo yo. A ver, por ejemplo, voy a estudiar Oceanografía este curso en la universidad.

- ¿Tienes dieciocho años? -me preguntó sorprendido abriendo los ojos como platos.

- Si, ¿por qué te sorprende?

- No sé, te veía de unos veintidós años o algo así.

- Que exagerado, ¿cuántos tienes tú?

- Tengo...

- No espera, voy a intentar adivinarlo. Mírame fijamente -otra vez tenia que ver esos ojos verdes -. A ver, yo creo que tienes... unos veintiún años, si, estoy segura no me mientas.

- Error, tengo treinta años.

- Mentiroso, tienes veintiún años, no mientas.

- Vaale, no miento, tengo veintiséis años.

- No te creo, es imposible, tus preciosos ojos verdes no dicen lo mismo, ni tus labios, ni tu pequeña nariz, ni tu...

Si, había dicho todo eso en alto, como podíais imaginar se me tiñeron las mejillas de rojo. Como podía ser tan idiota.

- Ya veo que hoy es día de piropos, pues a mi me encantan tus ojos azules eléctricos que me transmiten paz, tus labios carnosos y tu pelo descolocado y corto castaño oscuro.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 20, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Todo contigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora