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Jungkook

Quédate quieto. — Me pidió por quinta vez.

No sabía con exactitud qué estábamos haciendo. Pero se veía feliz, y eso me hacía sonreír.

Hyung, ¿Podemos ir por helado? — Mí estómago exigía algo frío y dulce.

Todo iba bien, hasta que él negó borrando su sonrisa cuadrada.

HoSeok me regañó por eso. Dijo que debes cuidar tu salud. Hay varias enfermedades que no tienen cura en los Betas.

Mh-mh. HoSeok-nim me dió nueva medicina, y me dijo algo similar. — Le comenté con desgano. No me gustaba hablar de medicina, pero Tae tenía que estar enterado.

¿Nueva? ¿Pastillas? — Preguntó y asentí.

Él se vio muy pensativo, dejando su cámara de lado sobre unos estantes >> ¿Puedo verlas?

... — Rebusque en el cajón de la mesita, pero recordé que las había guardado en otro lugar.

Saqué un cartón mediano de debajo de la cama, lo abrí y efectivamente ahí estaban. Le mostré a hyung.

¿Puedo llevarme una?

¿Para qué? Él no estaba enfermo, y no se veía enfermo. Eso era bueno.

>> A Jimin, no, al no-vio de Jimin le gustan estas cosas, estudia medicina.

¿Ya terminó la escuela? — Era fascinante.

Sí. Acabó de ingresar a la universidad. Y yo pasé a último año... Creo.

¿Hyung, tu también irás a la universidad?

No. No tengo muchas oportunidades. Además, tampoco quiero ir. — Quería convencerse de eso, sus palabras aparentaban sonar seguras, pero no decididas.

A mí gustaría que Taehyung vaya. No me gusta la medicina, tal vez por razones obvias. Mmm... ¡Me gusta mucho dibujar! — Musité alegre — Si fuera allá, desearía estudiar artes. ¡Y ser el mejor!

Nunca me había puesto a pensar en los "tal vez" o "fuera". Pero ese día, al tener un cuaderno y plumones en mis manos, me di cuenta que sí tenía deseos que cumplir. O al menos, soñarlos.

Te verías lindo pintando algo.

Me sonrrojé. No era necesario que hiciera ese tipo de comentarios en cada momento.

>> ¡Ya sé!

Fue por una hoja blanca de cuaderno y una funda negra que sacó de su mochila.

Toma. Vas a pintar con acuarelas. — Me entregó una paleta llena, y varios pinceles, unos más finos que otros.

Con cuidado, cogí el pincel más grande, y lo moví en el aire en forma de círculos — ¿Así?

¡Ah, sí! Tu muñeca parece como si se moviera debajo del agua — sonrió —. Pinta algo.

¿Cómo qué?

Lo que tú quieras. Solo exprésate.

Expresarme... El odio... El amor... ¿Qué debería pintar? Tracé una línea diagonal con un color intenso, en medio de esta, alas curvas que daban apariencia de un corazón animado. Con un pincel más fino, tomé un color suave, y como si se tratase de un cisne, con delicadeza, dibujé espirales en el final de la línea superior. Cómo toque final, escribí "¡Roawr!" En la esquina inferior derecha de la hoja.

Your Eyes Tell (Kookv / Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora