El sensei Barnes nos había tratado bastante bien durante estos días, logrando que Andrew, fuese agarrando más confianza y se pudiese adaptar a este tipo de vida.
Cada noche, me quedaba en la habitación de Andrew, aún no me fiaba de él al fin y al cabo, era un hombre que apenas conocía.
Nadie daba tanto sin querer recibir algo a cambio.
Las náuseas se arremolinaban en mis entrañas al hacerme una idea de cómo el señor Barnes querría que le devolviese todo esto, aunque parecía incapaz de hacerme algo, algún día me pediría que le devolviese lo que hizo por mí.
La mayoría de los hombres, siempre deseaban lo mismo.
Después de pasar dos semanas en su casa, sabía que era hora de que pagase todo esto, por lo que me aseguré de que Andrew durmiese plácidamente, mientras me adentraba silenciosamente en la habitación del señor Barnes.
Al parecer, se estaba duchando, por lo que di un leve escaneo a todo lo que envolvía aquel dormitorio, todo parecía demasiado frío, puesto que no había ni una sola foto de él o algo que señalase que tenía a alguien más, bueno, eso lo haría más fácil.
Me senté al borde de la cama, un poco impaciente por que todo acabase lo más rápido posible. El sensei salió del baño con una toalla alrededor de su cintura, con el cabello algo revuelto, se detuvo cuando se dio cuenta de mi presencia.
––¿Tory? –– cuestionó con algo de conmoción el señor Barnes al observarme al borde de su cama –– ¿Qué haces aquí?
––Solo venía a pagar por todo esto. –– espeté un poco cortante.
Me salí del borde, para acabar acercándome más a él con la intención de poder devolverle todo esto de la manera que quería, al parecer mi sensei se dio cuenta y antes de que lo tocase, se separó rápidamente de mí.
––¿Qué demonios, Nichols? –– espetó con incredulidad.
––¿Vamos, me va a decir que está sorprendido? –– solté con algo de cabreo, no tenía que hacerse el difícil. –– Todos quieren lo mismo, por lo menos, esta vez estoy dispuesta a cooperar.
––¿De qué diablos estás hablando? –– manifestó con algo de shock. –– Ni se te ocurra intentar volver a hacer algo así, estoy hablando muy en serio.
––¿Por qué sigue fingiendo? ––escupí harta de esta farsa. –– ¿Me va a decir, qué me ayudó por buen samaritano? ¡Sé cómo el resto de hombres, deje de fingir!
Por la mirada del mayor pasaron varios sentimientos que no me agradaron para nada, decepción, rabia y el que más odiaba, lástima. Puse una mueca de asco al notar que él no deseaba nada de esto y por un momento, la vergüenza me abordó con brutalidad.
La ganas de llorar me abordaron, seguramente, después de todo este espectáculo patético, él nos echaría de su casa. Salí rápidamente de su habitación, no quería escuchar nada más de él, todo hubiese sido más fácil, si el sensei se hubiese comportado cómo el resto de imbéciles que me solían observar. Por una vez, no acudí a la habitación de mi hermano, me metí en la que se suponía que era la mía y agarré la almohada más cercana, para acabar gritando sobre ella.
Lo había arruinado todo.
***
"––Tú y yo, hablaremos al volver de dojo. –– espetó con frialdad el rubio mayor.
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SERENDIPIA (COBRA KAI)
Fanfiction"𝐔𝐧𝐚 𝐬𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐚 𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐮𝐛𝐫𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐨 𝐮𝐧 𝐡𝐚𝐥𝐥𝐚𝐳𝐠𝐨 𝐚𝐟𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐚𝐝𝐨, 𝐯𝐚𝐥𝐢𝐨𝐬𝐨 𝐞 𝐢𝐧𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐩𝐫𝐨𝐝𝐮𝐜𝐞 𝐝𝐞 𝐦𝐚𝐧𝐞𝐫𝐚 𝐚𝐜𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥, 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐬𝐞 𝐞𝐬𝐭á �...