Veo un gran dragón que escupe fuego.
Es gigante y aterrador.
Pero de alguna manera lo reconozco como mío.
Bate sus alas con fuerza y me muestra cuan grande e imponente es.
Pero no le temo.
Solo quiero ser como el.
Quiero volar, quiero huir, quiero morir.
Empiezo a sentir como mi corazón se relentiza.
Miro sus ojos y veo que toda su atención está posada en mí.
De alguna manera entiendo que acaba de cumplir mi deseo.
Sonrío mientras siento como mi cuerpo se debilita.
Me dejo llevar por la muerte.
Lo último que veo es el hermoso dragón escarlata mirando mis ojos fijamente.
Sus hermosos ojos negros están acuosos.
—No llores —. Susurro para el con mi último aliento de vida —Mi miedo no llora.