Aquella joven doncella reluciente
Preciosa a más no poder
Sus canticos alegran el corazón de cualquiera
Arregla tu día con una sonrisa
Ojos tan azules como el mar
Manos suaves, delicadas al tacto
Rebosante de alegría y perfección
Pero no todo es lo que parece
Esa es solo una fachada
Corazón oscuro y horroroso
Voces gruesas susurrando maldades y blasfemias
Ceño fruncido en señal de enojo
Mirada altanera y cínica
Manos hechas para hacer sufrir a los demás
El odio y el rencor emanan de sus poros
El engendro del diablo, dicen
Amiga de satanás.