Skyler
Viéndome en el espejo, se me desbloqueo un recuerdo, de cuando era mas chica y aun vivía en casa de mi tía, en donde me largue a llorar porque unos vaqueros no me estaban quedando. Y ahora, estaba reviviendo ese recuerdo nuevamente.
Aprendí a aceptar que mi cuerpo esta muy lejos de ser igual al de Dafne, mi cadera y muslos son mas grandes, tengo peso en mis brazos y uso tiro alto para ocultar los flotadores de mi cintura. Tengo estrías en brazos y cadera, y cuando fui a la playa con Zoe y Rosie este verano, estuve en bikini demasiado tranquila aunque una parte de mi quería colocarme de nuevo un vestido. Aprendí a aceptarme, pero no significa que a veces no quiera morirme con el cuerpo que tengo desde los dieciséis años.
—¿Pasa algo?—Pregunta Tom viéndome, cubrir mi cuerpo semi desnudo era inútil cuando Tom ya me ha visto. Lo miro con la tela de pantalón en mis manos y niego.
—Solo pensaba que ponerme mañana en el trabajo.
—Me gusta como se te ven los vestidos.—dice Tom con una ligera sonrisa que se la devuelvo mientras dejo los pantalones y suspiro poniendo las manos en mi cintura.—Siento que hay algo mas que no me dices.
Lo mire antes de suspirar sentándome en la cama, Tom camina hasta sentarse a mi lado donde agarra mi mano entre las suyas acariciando el dorso.
—¿Qué ocurre?
Tom no solo se convirtió en mi novio estos años, si no también en un amigo, alguien con quien puedo contar sin duda. Si, es algo distraído, y a veces se ocupa más en su trabajo de cocina que en mi.
Suspire abriendo mi boca para hablar cuando el celular de Tom suena, él parece gruñir mientras se saca el celular en su bolsillo, suelta un suspiro y se levanta pidiéndome un minuto en lo que atiende, lo dejo ir en lo que yo continuo con mi propósito de vestirme.
—Cariño.—dice Tom al volver.—Me necesitan en el restaurante, lo lamento, si no fuera una urgencia no iría...¿estarás bien si te dejo sola?
—Claro, no te preocupes seguimos luego.
Tom agarra mi rostro plantándome un beso antes de retirarse a la vez que dice "te amo" dejándome sola. Agarre mi celular mirando los pocos contactos de los amigos que tengo pensar en si llamar a alguno, o quedarme sola, llorando y sufriendo otra crisis en donde seguramente comeré helado, y luego llorare porque no tenía que comer aquel helado.
Marque a una de las personas que sabía que estarían desocupada.
—Hola, ¿Qué haces?
Rosie estaba intentando atar su cabello en una coleta alta, en lo que se quejaba porque algunos mechones estaban sueltos mientras yo me iba acercando. Cuando me mira, sonríe olvidándose de su cabello, y se acerca a mi fundiéndome en un abrazo.
Devolví el abrazo de Rosie.
—Gracias por atender mi llamada, necesitaba salir.
—¿Tom hizo algo?
—No, Tom nunca hace nada.—suspire, Rosie pareció hacer una mueca y entrelazo su brazo con el mío mientras comenzábamos a caminar. Ella hablaba de la cantidad de trabajo que Cassandra le estaba largando, y yo me estaba quejando de como odiaba tener que ser su secretaria y no tuviera el trabajo de editora que para eso me esforzaba.
Estábamos por ingresar a una cafetería al aire libre, con mullidos sillones de colores, mesas de exterior y platas decoradas. Hasta que me detengo viendo al grupo de chicos que nos estábamos acercando.
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Charlas en el tejado (Midas King #1 y #1.5)
Teen Fiction¿Alguna vez te imaginaste ser la musa de algún artista?