Percy
La luz que entraba por la ventana era lo suficientemente fuerte para despertarme, los rayos de sol acariciaban mi piel calentándola. Suelto un pequeño gruñido, estiro mi mano por la cama buscando su cuerpo junto al mio, pero estaba solo, aun así su lado seguía tibio, por lo tanto no hacía demasiado que se había levantado. Abro los ojos y bostezo, efectivamente estaba solo en la cama, me volteo cuando escucho el celular recibiendo una llamada. Las mismas llamadas que vengo ignorando hace cuatro días.
Estiro mi mano al celular donde atiendo llevándome el celular a mi oreja, bostezo fregándome los ojos con mi otra mano.
—Magnus.—dije.
—¿Enserio? ¿solo eso me dirás?—escucho que pregunta mi amigo rubio.—¡Cuatro días desaparecido!
—Dylan sabe donde estoy.—susurre.
—Si, pero Dylan es una tumba, el hijo de puta es bueno para guardar secretos, no cuenta los chismes y eso no me gusta.—dice mi amigo.—Todos estamos preocupados, no nos devuelves ni las llamadas, creo que tu hermano va a quedarse calvo.
—Exageran.—susurre sentándome en la cama mientras buscaba mis bóxer, al encontrarlos me los puse mientras escucho a Magnus hablar de todo lo que sucedió hace cuatro días, de como Zoe anuncio a todos que no habría boda, como Tom enloqueció, y las peleas entre familias.
Me acerco a la ventana que da al patio, tengo una buena vista del mar, y son consiente de que ella hunde sus pies en la arena mientras esta sentada con su laptop en la mesa del patio, con un lindo vestido color rosa y su cabello atado en un moño alto.
—¿Puedes guardarme el secreto?—pregunte de repente haciendo que mi amigo se calle.—Estamos en Manorbier.
—¿Manorbier? ¿y se puede saber que hay en ese lado de Gales?
—Volveremos pronto, solo queríamos estar solos, ¿puedes decirle eso a Dylan?, y no te preocupes, estamos bien...ella también está bien.
Tras unas cortas palabras, terminamos por cortar mientras suspiro buscando el resto de la ropa, me pongo la remera negra con mis bermudas de jean antes de caminar a la rustica cocina de la cabaña que conseguimos alquilar a último momento, pongo café en una de las tazas y decido hacer lo mismo para ella.
Salgo al patio de la cabaña que esta conectada a una parte privada de la playa mientras me acerco, le dejo la taza con cuidado y me coloco detrás suyo dejándole besos en su cuello. Ella sonríe mientras veo sus dedos moverse en el teclado, beso su hombro antes de apoyar mi barbilla en el mismo, deja de escribir guiando su mano a mi mejilla acariciando la misma antes de dejarme un beso.
—¿Inspirada?
—Si...el amanecer, la playa...—dice antes de verme.—Tu también eres bastante inspirador mientras te veo dormir, a veces haces un pequeño puchero que da ternura.
Beso sus labios, nuestra primera noche cuando nos escapamos de todos, no fue de las mejores. Ella se la paso cuestionándose todo, confundida, triste, y yo solo intente ayudar mientras intentaba que no explotara. Pero luego de eso, el resto de los días, aunque fueron pocos, fueron los mejores.
Nos permitieron hablar, nos permitieron volvernos a conocer y recordar.
—Sky, es el cuarto día.—dije haciendo que ella suspire.
—¿Tenemos que volver?—pregunta haciendo una mueca.
—Aunque es lindo aquí, creo que si linda, es hora de volver y enfrentarnos a todos.
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Charlas en el tejado (Midas King #1 y #1.5)
Teen Fiction¿Alguna vez te imaginaste ser la musa de algún artista?