1.13

318 13 0
                                    

Sonó la alarma de William a las 7:00 a.m.
Me di la vuelta y pude notar el hermoso rostro de William. Le sonreí y le di un tierno beso a lo que el respondió.
Nos paramos de la cama y nos cambiamos, me puse unos vaqueros con una camiseta blanca y mis típicas botas de goma, había mucho lodo por la lluvia asique las botas de goma me servirían mucho el día de hoy.
Bajamos a la cocina y William preparó dos tazas de té mientras yo hacía huevo con tosino.
Desayunamos juntos, entre los dos ordenamos todo lo que estaba sucio y nos subimos a la camioneta rumbo a la ciudad de Londres. El camino era bastante largo de aproximadamente una hora y media o hasta un poco más.
En el viaje íbamos escucharando música de The Beatles mientras comíamos galletas que había preparado William el día anterior.
Así pasaron rápidamente 1 una hora y media.
Llegamos a Londres y nos dirigimos directo al hospital, ya que mi madre estaba allí con mi padre.
Los extrañaba tanto que rápidamente estacionamos y corrimos a la recepción donde nos dieron la habitación en donde se encontraba mi padre. Subimos al piso 7 y llegamos a la habitación número 124.

—Oh cariño aquí estás!

Dijo mi madre corriendo a mí para darme un gran abrazo... Lo necesitaba tanto...

—Hola madre... hola padre-sonrei-

—Hola hija, hola William... ¿como se encuentran?

—Estamos muy bien señor, ¿como se encuentra usted?

—Estoy bien, mejorando...

—Es cierto cariño, los doctores dijeron que está progresando rápidamente asique si sigue así la próxima semana estaremos en casa

—Wow mamá! eso es grandioso!

—Si que lo es hija-sonrio- me alegra que hayas venido a verme-sonrio nuevamente- claro a ti igual William

—Por supuesto señor, Meli quería verlo y pensé que sería una grandiosa idea visitarlo

—Gracias querido... y bien, cuéntenme ¿cómo está el rancho?

—Bien papá, ayer fue un veterinario a visitar a los animales para ver cómo estaban, está todo bien

—Me alegra saberlo, ¿y con la huerta hija? ¿te va bien?

—Si padre, los tomates que sembramos están creciendo muy rápido, y se están poniendo muy bonitos y sabrosos

—No puedo esperar a verlos y hacer una rica ensalada

Reímos con las frases de mi padre...
Estuvimos todo el día en el hospital con mi padre y mi madre.
Ellos contaban y hablaban cmsonre los doctores, mi padre dice que hay una doctora que la hace recordar a mi... estuvo todo el día hablando sobre esa señora y como tenemos tantas similitudes.
William le hablo sobre el rancho y el buen dinero que estamos recibiendo... eso lo puso muy contento a mi padre.

De repente entró un doctor, joven, aproximadamente de mi edad, quién se me hacía un tanto conocido, se acercó a nosotros y dijo:

—¿Son familia del señor Roberts?

—Si, soy su hija

—Muy bien, ¿y ellos dos?

—Mi esposo y mi madre

—Aja, neceisto que se retiren de la habitación hasta un próximo aviso

—No puede sacarnos así sin decirnos nada

—Señorita, se lo que hago

—Pero no puede siquiera decirnos que hará con mi padre?!

—Señorita ya le dije que se lo que hago, porfavor retírese hasta un próximo aviso!

—Ash!

Salí del cuarto enojada, claramente no puede sacarme de la habitación así como si nada sin decir que le harán a mi padre.
Me senté en unos asientos fuera de la habitación, William y mi madre se sentaron a mis costados y mi padre me abrazó por la espalda.

—Cariño todo estará bien, el es un doctor y sabe lo que hace

—Mama, se que es un doctor y sabe lo que hace, pero no puede simplemente sacarnos de la habitación sin decirnos porque o que hará con papá!

—Princesa, tranquila, tu padre estará bien

—Eso espero...

Esperamos aproximadamente 15 minutos hasta que el mismo doctor salió del cuarto y se nos acercó

—Señora, ¿usted es la esposa del señor Roberts?

—Si, soy yo

—Bien, su esposo ya está un 80% bien, en cuanto complete el 20% restante, podrán irse a casa, por lo pronto, el señor Roberts se quedará aquí con sus medicamentos y dispositivos correspondientes

—Bien doctor, gracias-se fue a sentar

El doctor me miró y se me quedó viendo unos segundos y William lo notó

—Oye, ¿Porque la miras tanto?

—Ella... ella se me hace conocida

—Tu, también te me haces conocido...

—...Entonces ¿se conocen?

—No lo se creo qu... espera... tu ¿tu estudiaste medicina en Nueva York, escuela de medicina Bresprickt?

—Si, si estudie allí, de allí te conozco, um como era que te llamab, ah sí! Adam!

—Si, soy yo... tu eres Melissa, cierto? Melissa Roberts

—Si... cuanto tiempo

—Si... ¿que te paso? ¿porque no trabajas aquí?

—Yo... es una larga historia, peor creeme, desearía tanto poder trabajar aquí

—No se por lo que hayas pasado pero... siento mucho que no puedas trabajar aquí, de verdad sería increíble tenerte, eres muy inteligente

—Gracias Ad

—Um... ¿y bien? ¿se harán amigos ahora o que?

—William solo estamos hablando

—Aja como sea, mira, Adam, Melissa tiene un esposo y no me gusta que hable con gente como tú asique si nos disculpas, debemos irnos por allí, adiós!

William tomó mi brazo y me llevo hacia la cafetería

—¡¿Porque hiciste eso?!

—No quiero que hables con ese sujeto!

—Tu no decides con quién puedo hablar y con quién no!

—Claro que si! soy tu esposo! ¡¿o se te olvida acaso?!

—William, ¡¿Que demonios sucede contigo?! solo estoy hablando con un compañero de la universidad que no veo hace años! ¡¿cuál es tu maldito problema con eso?! tu no decidirás que puedo hacer, decir o con quien hablar! ¡¿oíste?! espero que sea la última vez, porque está no es la primera!...

—...

Furiosa salí corriendo de la cafetería y me dirijí a los sanitarios de mujeres, me encerre en un cubículo y comencé a llorar.
No sabía que sucedía con William, actuó como un celoso y yo no permitire que me ordene con quién hablar y con quién no.

Amor ObligadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora