[ PARTE 4 ]

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Hace que mi corazón de un vuelvo de la emoción, por qué siento que me ha quitado un gran peso de encima aunque sea un completo extraño. Me ha dejado algo perpleja y al ver que no respondo decide romper el hielo.

— Este es un barrio de mal vivir, si aceptas que te lleve a casa no te pasará nada — su tono de voz ahora es más suave y no tiene ni una sola pisca de diversión como las demás hace un rato.

— ¿Como podría confiar en ti? — digo después de unos largos minutos de haber estado debatiendo en mi mente —. Después de todo tú también estás en este barrio.

Alce un ceja en busca de su respuesta, lo escucho soltar una leve carcajada y ladear la cabeza lentamente.

— ¿Tengo cara de secuestrador? — dudó en responder así que optó por quedarme en silencio por unos breves segundos, lo veo fruncir el ceño cuando me demoro en responder.

Traga saliva y se rasca la nuca un par de veces antes de acomodarse mejor en el asiento de su moto.

— Escucha... — corta su palabra como si estuviera pensado que decir — . No soy nada de lo que estás pensando.

Se adelanta en decir, hace que lo mire rara ya que no pensaba nada de malo en él. Ya que mi madre siempre decía que no hay que juzga a un libro por su portada.

Y este chico era como un pequeño libro, con una apariencia que puede decir más de mil palabras y aunque no haya descubierto su interior se que es bueno.

El viento vuelve a soplar con más frialdad haciendo que me congelé en mi sitio, me frotó las palmas de mis manos en mis brazos en un fallido intento de generar calor.

Aquel acto llama la atención del azabache quien no duda en bajar de la moto para acercarse a mí, por instinto retrocedo algunos pasos y él se detiene cuando se da cuenta que me asusto un poco.

— Tranquila, no te haré nada solo quiero darte mi chaqueta porque tienes frío — lo veo quitarse su chaqueta, para luego extender su mano ofreciéndome.

Me relajo cuando dice aquellas palabras y mis labios quieren esbozar un tímida sonrisa lo cual no se atreven. Y entonces, me doy cuenta que su brazo derecho tiene tatuajes que terminan en los bordes de sus nudillos.

Es curioso al igual que él.

Asiento con la intención de tomar la prenda, pero me quedo estática cuando el azabache no pierde tiempo y se acerca a mí para colocarme su chaqueta por encima de mis hombros, capturó rápidamente el olor de su perfume que me embriaga de inmediato.

Y como si la situación se transmitirá en cámara lenta, observó todo a detalle sintiendo como mi corazón brinca por tal acto de caballerosidad que mi novio no tiene conmigo.

Antes que se aleje de mí, logro ver una pequeña cicatriz en su pómulo izquierdo, su piel es levemente bronceada y tiene los ojos rasgados de un color diferente a la noche pero al mismo tiempo iguales que las estrellas

— Y bien... ¿Te llevo a casa? — asentí sin decir más, con un sonrisa tímida y avergonzado por qué empezaba a sentir como mis mejillas se ponían cálidas, suplicando en mi interior que mi rubor no se notará.

— Gracias — susurro pero él logra escuchar, me sonríe de igual forma sin mostrar su hilera de dientes.

Se vuelve a montar en su moto y me invita a ir con él, nunca en mi vida me he subido a una motocicleta y eso aumenta mi miedo que se mezcla con mis nervios. Intento que no se note.

El chico de cabellos negros me extiende su mano junto a un casco —. Tómalo, es para tu seguridad — exclama, lo recibo sin rechistar y espero a que él encienda el motor para subirme.

Escucho como la motocicleta enciende y la luz del frente igual, veo como por el tubo de escape suelta ligeramente humo que desaparece en el aire.

Él toma el acelerador y mantiene su mano ahí, en espera que me suba para dar partida.

Me acerco lo suficientemente para montarme detrás de él, apoyándome en sus hombros para subir y cuando llegó a estar sentada y cómoda me siento algo insegura ya que no se de dónde sujetarme.

— ¿Te gusta la velocidad? — niego, me colocó el casco y me doy cuenta que él me está mirando por el espejo de su moto.

— No, me da miedo — respondí por lo bajo.

— Está bien, si gustas te puedes tomar de mi cintura.

Sus últimas palabras hace que entre en un estado de timidez logrando así que mis mejillas ardan más.

Asentí, tenebrosa acercó mis manos hacia su cintura, tomando la tela de su polo con las puntas de mis dedos como si su piel quemará. Él ríe un poco pero aún así no dice nada y acelera la motocicleta.

Inmediatamente siento con más fuerza colarse en mis piernas al frío viento.

Con la velocidad que decide acelerar, hace que me asusté un poco e inconcientemente enrollo mis brazos en su cintura y pego mi mejilla en su espalda.

Lo escucho reírse, pero poca importancia le doy ya que me concentro más en aferrarme a él para no terminar cayendo al suelo.

Le dije que no me gusta la velocidad y él ha hecho todo lo contrario.

Le dije que no me gusta la velocidad y él ha hecho todo lo contrario

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A Strange ➜[j.jk.] /Editando/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora