Capítulo 20

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Allison

Salí de mi habitación aturdida, melancólica, eran las cuatro de la mañana debería estar durmiendo, pero no, en lugar de eso estaba comiéndome la cabeza.

Echaba de menos a mi familia, no había duda de ello. No tener la compañía de mi padre todas las mañanas al despertarme, a mi abuela preparando el desayuno mientras se peleaba con mi padre por no haber ido a la compra o por fumar dentro de casa. Creía que en algunos aspectos me parecía bastante a mi padre; era algo pasota y competitiva pero solo un poco. Papa me decía de pequeña que era un reflejo de mi madre tanto físicamente como en mi carácter, ambas con los ojos verdes como las esmeraldas con algún que otro toque marrón, cabellos castaños con mechas rubias las cual tenia deterioradas por la cantidad de tintes que usaba hace años aunque puede que el tratamiento que me hice hace unos meses haya ayudado a que vuelva parte de mi cabello. También teníamos la piel morena y éramos de metabolismo rápido. Papa cuando se enfadaba conmigo solía soltar la típica frase: Desde luego eres clavada a tu madre cuando te enfadas, ambas de temperamento fuerte, astutas y elegantes por genética, fieles a lo que es nuestro. Supongo que por eso estoy aquí.  

No me podía olvidar de los chicos. Yunseo probablemente estaría planeando algo para molestar a Connor mientras comían en el comedor y James en alguna mesa al lado de su insoportable novia sin principios ningunos dejándose arrastrar. Por suerte lo mío con James no llegó a funcionar y me alegraba, la gente llegaba a cambiar de tal forma que con los años parecían irreconocibles. 

Los cambios podían ser perjudiciales o beneficiosos lo importante era entenderse a si mismo, justo algo que no estaba haciendo ahora. 

Me encontraba en los escalones finales de la escalera sentada reflexionando sobre todo, mis poderes fueron una de mis tantas reflexiones. Tenía una carga emocional tan grande que me era imposible mantener la ansiedad, en mi cabeza solo rondaba la imagen de mi madre muriendo una y otra vez maltratándome a mi misma, las palabras que soltó Belladonna antes de irse las cuales solo pude escuchar yo con un Tu reino desaparecerá en las sombras y tu lo deshonraras igual que hizo tu madre. 

Voces en mi cabeza resonaban al unísono diciéndome que hacer y que no, metidas a conciencia esperando a mi derrumbe, posiblemente podría darles esa satisfacción, desaparecer de aquel mundo y perderme entre las sombras.

- Allison - escuché que me llamaban a lo lejos de mis pensamientos pero me rehusaba a salir de ahí. Entonces sentí la palma de una mano en mi hombro izquierdo haciéndome que me girase hacia su dirección - Allison ¿Estas bien?

- S-Si Mark - paré un instante para quitarme las lágrimas y respirar profundo intentando que mi corazón se calmase un poco, tampoco quería que Mark se diese cuenta de mi situación así que tuve que mentir - Estoy bien.

- Pues cualquiera diría lo contrario - Mierda, ¿Enserio soy tan evidente? - Allison estas aquí sola en medio de la noche llorando en unas escaleras bastante frías en vez de tu habitación.

Le miré por unos segundos en silencio calculando la situación, me tendría que contener más emocionalmente si no quería que los demás se diese cuenta, creo que por el momento solo dejaría que lo notase él. Básicamente porque llevaba razón.

- ¿Sabes qué?

- ¿Qué? 

- No voy a dejar que mi amiga este aquí sola llorando - se levantó quedando enfrente de mi extendiéndome la mano - Ven, vamos a divertirnos.

¿Divertirnos? Es lo que menos quiero ahora mismo por eso dudé en extenderle mi mano, pero al final decidí hacerlo uniéndola con la suya mientras el me empujaba para que me levantase. 

-¿Y donde vamos a ir en medio de la noche sin que nos vean?

-¿Quien dice que vayamos a salir?- sonrió burlonamente llevándome hacia el centro del salón. Este tío era muy raro. Ahora entendía porque Raina le miraba así.

- Déjame mostrarte una de mis cualidades - De repente la sala vacía se empezó a ocultar con  una neblina densa, blanca y luminosa. Esto comenzó a llenarse de gente, demasiada gente, estaban colocadas en circulo bailando alrededor de una pareja que se encontraba en el centro. La música era rápida, con instrumentos de viento destacando sobre los de cuerda. Era una melodía bastante agradable acorde con el momento. Me paré un segundo a mirar hacia el centro observando como la pareja principal del baile se movían al compás de la música.

La chica llevaba un vestido blanco con bordados en dorado por su abdomen que se esparcían hacia la falda pomposa, unos zapatos de tacón del mismo color y en su cabellera suelta una corona de flores doradas. El chico al contrario iba con un traje negro, la chaqueta del traje llevaba bordados en dorado concordando con unos botones que parecían bastante caros, su cabellera era rubia que parecía más bien un rubio platinado y encima llevaba una corona típica de los cuentos de hadas.

Miré a Mark confundida pero él me mandó otra vez a mirar hacia la pareja del centro. Intentaba mirarles los rostros pero no lo conseguía por lo que me tuve que dirigir hacia otro lugar más despejado. Entre tanto bullicio conseguí al fin colocarme al lado de la banda que tocaba. Mi mirada se dirigió otra vez hacia la pareja del centro y una vez que tuve la oportunidad de contemplar sus rostros me quede atónita. La chica era yo.

- ¿Soy yo?- le pregunté a Mark sorprendida. 

- Si, solo que con unos años de más y siendo reina- contestó mientras seguía mirando hacia la pista de baile. 

-¿Pero como...?

- Verás Allison, puede que no lo sepas pero al tener el particular poder de la ilusión puedo hacer esto y aunque esta no es una creada por mi , es tu futuro, pues al crear ilusiones puedo enseñarle a la gente acontecimientos del pasado o futuro si se lo ganan. Estas de suerte porque esto solo lo sabe Raina aunque es un poco secreto ya que llega a ser algo peligroso si es mal utilizado - me explicó mientras volvía a acercarse a mi - Pero para nuestra desgracia esto solo dura unos minutos.

El reluciente salón cambió a uno más frío y oscuro, la gente desapareció ante nuestros ojos y la música dejó de sonar. Entonces comprendí que habíamos vuelto a la mansión.

- ¿Te ha gustado lo que has visto?- Mark me miró mientras se dirigía a la cocina para agarrar una botella de agua fría y echársela en un vaso.

-¡Ha sido impresionante!- Contestó eufórica.

-¿Ves? Serás una gran reina.e

Al instante de pronunciar esas palabras mi corazón se paró, el aire volvió a ser insuficiente pero me intenté calmar.

- Oye, ¿Sabes quien era el chico que bailaba conmigo? - Pregunté curiosa comportándome como una niña de diez años que acaba de descubrir que su amor platónico se ha dado cuenta de su existencia.

- No tengo ni idea, posiblemente sea alguien de la Realeza.

-¡ ¿La Realeza?! - solté un grito incrédula.

- ¡Shh!, ¿Estas loca? ¿Acaso quieres que se despierten todos? - apreté mis labios cerrándolos al instante.

- Perdón.

- No se de que te sorprendes Allison, es normal que al ser una de las reinas más importantes quieran cortejarte.

- Ya pero...

-¿Pero qué? - soltó el vaso de agua en el fregadero para después tomar rumbo a su habitación que se encontraba justo enfrente de las escaleras, quizás por eso me escucho llorar.

- No importa - respondí detrás suya avergonzada.

- Vete a dormir anda, mañana hay que dirigirse camino al reino.

- Esta bien, Papá - y con eso como despedida fui pasillo abajo hacia mi habitación.

Al entrar me tiré en mi cama, llevaba el pijama puesto por lo que no tendría que cambiarme, pensé en todo lo que había visto en aquel baile y gracias a eso agarré las fuerzas suficientes para dejar mi ansiedad atrás y enfrentarme a mi destino. Estaba preparada. 

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