Capítulo 31

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Capítulo 31, el final ya está aquí, se celebra en el obelisco. Aviso: Capítulo bastante largo.
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Allison.

- No, no, no - negué repetidas veces sin tener en cuenta a la mujer que estaba a mi lado. Me agarré el brazalete otra vez mirando cada uno de sus detalles. Después mi mirada se dirigió hacia la corona de Nesrin, mi supuesta madre, justo la persona que yo daba por muerta en un accidente automovilístico, resultaba que era parte de la realeza de un mundo perdido entre uno de los países nórdicos - Dígame que miente, por lo que más quiera.

- Yo no suelo mentir, su majestad.

- No me llame así, ni siquiera se si esto es real

- ¿Y cómo se supone que debería llamarla?Es la próxima gran heredera del trono ¿Y se avergüenza de sus raíces?¿Acaso cree que su madre lo tuvo fácil para manteneros a usted y a su hermana? - la mujer parecía bastante indignada.

- ¿Me está jodiendo, verdad? Acabo de averiguar que mi familia me ha mentido toda la vida, que tenía una madre la cual no murió por lo que yo creía y por si no fuera poco, ahora soy "su majestad" - me levanté del suelo situándome frente a ella - Hace un mes ni sabía que tenía poderes, ni siquiera creía en la magia y ahora soy la heredera de un trono, esto es surrealista.

- Entiendo que esté confundida, ¿Pero podría dejarlo para otro momento? Le recuerdo que tiene a gente abajo matándose - la mujer me tomó del hombro tirando de mí para que pudiéramos salir de allí.

- ¿Cómo sabe usted eso?.

- Yo lo sé todo, llevo en este castillo años, más de los que te imaginas niña. Y sé que órdenes específicas me dio su madre ante vuestro regreso.

Y sin mucho más que decir salimos de allí. Estaba aturdida, mi cerebro recibía demasiada información mientras a su vez la unía con la que ya conocía intentado unir cabos, pero era algo imposible. Solo conocía la mitad de la historia, eso no serviría de mucho si quería derrotar a Belladonna, añadamos que no podía controlar bien mis poderes. Mis ganas de ser yo la que muriese aumentaban por momentos.

Dejando eso de lado. Cuando llegamos a la sala del trono era todo un desastre. Los chicos andaban peleándose con el ejército mientras que Raina junto a Morgan tenían inmovilizada a Belladonna, una clavándole la espada en el cuello y la otra en el costado como advertencia. Bajé lo más rápido que pude las escaleras principales hasta llegar al lado de Raina, un hilo fino de sangre caía de su labio, le agarré la muñeca apartando la espada de Belladonna haciendo lo mismo con Morgan, saqué mi daga y se la clavé a Belladonna en la pierna provocando una hemorragia.

- Si consigues salir de aquí con vida sin derramar ni una gota de sangre en el suelo podrás ser libre, querida prima - le dije cerca del oído apretando más la daga - Aunque creo que esa herida te dejará sin fuerzas y si eso no basta, estoy segura de que Raina se encargará de tí.

- ¿P-Prima? - pronunció en un quejido leve - T-Tu no eres de mi familia.

- Créeme, estoy bien informada - agarré una espada del suelo que había cerca colocándola en su cuello - Tu familia mató a la mía. ¡Tus queridos bisabuelos se encargaron de decapitar a mi madre! - Grité con la poca estabilidad física que me quedaba. Mis manos temblaban a causa del pánico, quería irme de allí, encerrarme en algún cuarto, procesarlo todo y después llorar durante horas pero tristemente no podía hacerlo.

- V-veo que al final descubriste la verdad - hizo una pausa para toser - N-no eres tan diferente a tu madre, eh Kaira.

Unos gritos de sorpresa se hicieron presentes por toda la sala seguido de murmullos. Los entendía, llevaban años creyendo que toda la familia de Nesrin estaba muerta y hoy una de sus hijas estaba frente a ellos, era difícil de asumir hasta para mí. Simplemente era algo imposible.

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