Jennie siempre se caracterizó por ser una niña timida, Le resultaba difícil hablar con alguien pero todo cambio cuando una chica muy extraña aparecio en su habitación y se volvió su mejor amiga. Pero la joven no lucia como una persona normal, era di...
—¿¡Donde estuviste!? —Le Grita la pelinegra se encoge en su lugar sin saber que responder.
Su pequeña amiga lucia tan disgustada con ella qué no quería ocasionar qué se enojara aun mas, caminan juntas hasta su habitación, sus padres habian salido de compras y no le han llevado ya que aquella se nego a asistir temiendo a que su amiga apareciera y ella no estuviera. Y así fue, lisa estaba fuera de su casa esperando y si no hubiera sido por su cachorrito qué le ladro la castañita no se habría dado cuenta de que ella estaba ahí solo observando.
—Te espere todo el día de ayer, incluso en la noche espere por ti—Le dijo, su tono era reprochador, intentando tener una respuesta.—¿Sabes lo preocupada qué estaba? Pensé que ya no querías ser mi amiga..
—jennie —Su voz se hizo presente, caminando hasta ella.—Lo siento —musito haciendo una mueca.—Papá llegó algo extraño ayer, no dejaba de llorar —Le contó su mirada bajo hasta el suelo mientras su tristeza era notoria.—Dijo que mamá salió de viaje debido a su accidente tenia que ser atendida por otros doctores y que no volvería por un tiempo —Su voz fue disminuyendo.
El rostro de la castañita solo se suavizo mientras le escucho, entonces tomo su mano guiandole hasta su cama mientras ambas tomaron asiento.
—Nisiquiera le dije adiós —Su tono era casi lloroso mientras abrazo sus piernas.—Tampoco pude verla antes de que se marchara, papá tuvo que quedarse para cuidar de mi pero el no es como mamá, el trabaja todo el día, mamá se quedaba conmigo jugábamos todo el tiempo pero luego del accidente y debido a que ella se fue yo..—Suspiro.—Me quede sola..
—No, no— Nego tomando aire para sujetar su mano.—Yo estoy aquí, mientras yo exista nunca estarás sola —Su tono era suave, la pelinegra asintió mostrando una sonrisa triste para ella.—Mis padres también trabajan, es como si no los tuviera, pero desde que te conocí, no me siento sola y todo es gracias a ti —mostro su sonrisa mientras sus ojitos brillaron.—Tu haces que la soledad se disipe así —soplo haciendo referencia, la pelinegra Soltó una risita.
—Te quiero jennie—Admití sus mejillas se tiñeron de rojo cuando la castañita cubrió su boca mientras le miro asombrada.
—¿Me quieres?—Cuestiono con inocencia y la contraria asintió.—¿Mucho, mucho? —Pregunto ladeando la cabeza.
—Mucho, mucho —Respondió alzando sus manos mientras quiso enseñar la cantidad de su amor.—¿Tu me quieres?—La castañita asintio enérgica.—¿Cuanto?
—Mucho, mucho y mucho—admitio sintiendose orgullosa, lisa Soltó una pequeña risita, asintiendo.
Entonces un beso fugas fue robado de la mejilla de la castaña por la pelinegra quien le observo con aquel destello en su mirada. Jennie sentia su mejilla arder tras su beso, soltando pequeños suspiros al aire. Tomaron reposo en su cama mientras el tiempo fue transcurriendo de prisa, lisa no dejaba de hacer chistes para ella por que amaba cual melodiosa era su risa al hacer eco contra las paredes de su habitación. Entonces la noche llego y no necesitaron más, jennie sujetaba su mano cuando aquella estaba dispuesta a marcharse de regreso a casa mientras la tristeza le inunda por desprenderse de su amiga, al salir fueron rápidas con la esperanza de que sus padres no llegaran y le vieran fuera.
—¿No quieres quedarte a dormir?—Pregunto al mirar las calles oscuras.—Puedo decirle a papá y mamá ellos entenderan.
—No, tengo que dormir en casa o papá se preocupara—Suspiro.—El llega como a las 10 y cuando el llegue ya debería estar dormida o se enojara por a ver salido tan tarde—enfoca su mirada en ella.—Pero vendré mañana cuando el no esté ¿Si?
Jennie asintió, aquella deposito un beso en su frente antes de finalmente soltarle y marcharse mientras agita su mano de un lado a otro despidiéndose de la pequeña castañita quien solo siente su cuerpo temblar, extrañamente sus manos tras soltar a lisa son las que se siente frías pero no le preocupa ya que imagina que se debe al clima. Le ve alejarse poco a poco mientras su silueta se pierde en las calles, suspirando mientras gira dispuesta a entrar en su casa.
Su mirada se detiene en la casa de su vecina, una mujer de avanzada edad esta ahí meciendose en su silla sonriendo tristona mientras observa hacia el frente, entonces se enfoca en la castañita, quien tiembla cuando sus ojos vacíos le miran.
—pequeña niña, perdida en el abismo—Le escucha cantar mientras su cuerpo hormiguea.—Tu tiempo aquí ha llegado a su fin pero no quieres darte cuenta —La pequeña parpadea y quiere correr hasta su habitación pero sus piernas no responden.—¿Que hay más haya de la vida? Amor, tengo miedo de partir sin ti —Suspira desviando su mirada hacia el frente.—Almas perdidas,hay muchas por aquí...
La pequeña le ve ponerse de pie, marchandose hasta el interior de su casa, ella traga en seco cuando atraviesa la puerta sin siquiera abrirla, apagando las luces. Un espacio vacio se forma en su interior y siente deseos de llorar profundamente y sin consolación, un sentimiento de perdida le alverga mientras oprime su pecho queriendo entender que sucede, entonces el auto de sus padres llama su atención, su vista es borrosa mientras intenta tener claridad.
Su madre baja, tomando su mano para llevarle al interior de su casa, intentando abrigala para llamar su atención, jennie reacciona a los pocos segundos abrazandole mientras les cuenta lo que vio. Ellos intercambian miradas abrumados.
No se supone que deba ser asi.
Hay algo diferente.
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