Amiga imaginaria [Jenlisa] [Finalizada]

capítulo 8

Inhala y exhala.
Su cuerpo es cubierto por aquellos brazos mientras su respiración choca contra el pecho de la contraria, abriendo los ojos lentamente mientras intenta tener claridad de todo lo que le rodea, entonces los recuerdos la cubren, su cabeza esta llena de ese rostro expetico mientras se sobresalta despegandose de la niña que minutos antes le abrazaba. Jennie gira su mirada de un lado a otro encontrandose en su habitación mientras no deja de sentir él hormigueo en su cuerpo.

Enfoca sus ojitos llorosos en lisa quien se acerca a ella limpiando las lágrimas qué han bajado.

—Todo esta bien ahora, estas en casa—Murmuro contra su rostro mientras intento tranquilizarla—
Estaba en el patio trasero, no sabia que habías regresado—Le contó, distanciandose de ella.—Esa mujer que ronda mi casa, me dijo que fuiste a buscarme y que tenia que alejame de ti antes de hacerte daño—Su voz tirito.—Tu mamá se enojo conmigo, Intente explicarle pero no me escucho—bajo la mirada sintiendo el pesar en su pecho.—Lo siento..

Jennie nego moviéndose hasta su lado mientras levantó su mirada para hacer que aquella le observe, en sus ojos habia un profundo dolor mientras la castañita se encargo de abrazarle y consolarle.

—No debí ir sin avisar —Dijo siendo ella ahora quien le acaricia.—Hablare con mamá, me haré responsable ¿Si? —La pelinegra nisiquiera se inmutó, solo bajo la mirada apartandole de ella.—Fue culpa mía, por favor no dejes de ser mi amiga...

Lisa entonces nego, limpiando sus lágrimas para acercarse nuevamente a ella. Le abrazo, su cuerpo titubeo cuando jennie le correspondió de la misma forma apretandole fuerte mientras su llanto se hizo presente, sollozando contra su pecho mientras la pelinegra sentia sus ojos escocer de la misma forma pero mordía sus labios evitando caer ante ello. Era su primer amiga, jennie aun era una niña, ella era la mayor tenia que lucir como una niña fuerte ante ella. Así que por eso contiene sus deseos de llorar, jennie moja su blusa con sus lágrimas, bajando la mirada mientras hipea cuando se despega de ella, queriendo decir que lo lamenta pero su voz simplemente no sale debido a su llanto.

Lisa le recuesta, acostandose a su lado mientras nuevamente jennie le abraza ocultando su cabeza en su pecho. Así que acaricia su cabello intentando qué la castañita conciliara el sueño a su lado.

—¿Sientes lo que yo siento?—Comenzo a cantar. —¿O es simplemente otro sueño en donde persigo cosas que no son reales?—Su voz suave como una caricia logra qué las lágrimas en los ojos de jennie se detengan.—sucede más de lo que piensas..—Continuo cantando.—Hay moustros en mis sueños—Su voz tirita pero intenta mantenerse firme.—debería luchar contra ellos pero los dejo entrar—Da pequeñas palmadas en su espalda cuando siente como la pequeña le abraza con más fuerza.—Me roban todos mis sueños, me están matando lentamente —Suspira cerrando los ojos mientras taradea la melodia.—Pero estoy sano y a salvo cuando me abrazas..

Su voz sesa poco a poco cuando el toque de la castaña poco a poco pierde fuerza, un ultimo suspiro es dado mientras lentamente se remueve de su lugar. Deposita un suave beso sobre su frente ignorando los miles de latidos de su desenfrenado corazón, acomoda sus mantas para evitar que su cuerpo se congele mientras camina hasta la ventana, cerrando aquella mientras a distancia ve la luz encendida en su casa.

Baja por las escaleras con la intención de marcharse y todo ahí luce oscuro pero una lámpara luce encendida, El hombre a quien identifica como el padre de jennie esta sentado sobre el sofá, observando solo observando.
Hace una reverencia ante el y le ve sonreír tragando en seco cuando sus ojos se vuelven blancos y su rostro totalmente expetico y frío ladea la cabeza de un lado a otro mientras murmura palabras en voz baja qué a la pequeña pelinegra le es difícil identificar que es lo que dice pero finalmente logra entenderle.

Vete de mi casa, sal ahora.

Esas palabras dichas por su tono tosco le hace temblar, asintiendo mientras corre hasta la puerta y la abre, saliendo mientras el viento frio le golpea su rostro. Eran cerca de las 10 de la noche y las calles lucen solitarias, gira cuando siente que alguien le observa, encontrandose con la mirada de la madre de jennie desde una de las ventanas del segundo piso.

Entonces corre dispuesta a irse.

Algo estaba mal.

Muy mal.