A la mañana siguiente, Clarke se despertó sola. Habían intercambiado caricias durante mucho tiempo la noche anterior, pero Lexa respetaba los límites que la rubia había puesto. No podía dormir bien, con Clarke atada a sus brazos. El aroma que emanaba de su cabello inundó su alma. Si antes había habido dudas, ahora todo estaba claro: amaba a esa mujer. Se levantó temprano y entrenó como si fuera su último día en la tierra. Indra elogió sus ágiles movimientos, la morena estaba en pleno apogeo. Sabía que era un largo camino para llegar al corazón de Clarke, pero después de la noche que compartieron estaba dispuesta a intentarlo. Su conexión no fue carnal. Por supuesto que Lexa la deseaba, pero solo el sonido de su respiración era suficiente. Fue entonces cuando se dio cuenta de que quería seguir con vida. Explorar todas las posibilidades de un ser humano y no solo de un comandante. Se culpó a sí misma por huir de su misión, pero estaba exhausta, necesitaba algo de tiempo para sí misma. Necesitaba amar y saber que su vida personal no sería en vano.
Clarke, a su vez, se alegró de saber que la niña no estaba allí. La noche se sintió como un sueño que fue anulado por la realidad de la mañana. Estaba jugando con la idea de fingir que las dos eran personas normales esta semana, pero era difícil considerando lo mucho que les habían dolido en el pasado. Sentía lujuria por Lexa, eso estaba claro, pero ¿qué tan saludable era eso para ella? ¿Rendirse así y tal vez tenerla muerta el otro día? Había tantas preguntas. Quería alejarse de sus pensamientos y pensó que una ducha la ayudaría. Tenía la costumbre de secarse y caminar desnuda por la habitación, pero gritó cuando vio a Lexa sentada en la cama. La otra abrió mucho los ojos y miró a Clarke de arriba abajo, aunque sabía que no debería. El gesto fue involuntario y la rubia no tuvo otra reacción que cubrirse el cuerpo con las manos.
- ¡Lexa!
- Está bien, cálmate. - Se volvió contra su cuerpo desnudo, la niña buscó apresuradamente algo de ropa. Lexa husmeó por un momento mientras la rubia estaba contra la posición en la que estaba, lo que le dio una linda vista de su trasero. Cuando Clarke se volvió y notó que Lexa la espiaba, lanzó un traje en su dirección.
- ¡Lexa, no mires! - regañó la otra.
- Bien bien. - Lexa levantó las manos como si se rindiera, pero una sonrisa apareció en sus ojos. Todo su cuerpo temblaba ... Era incluso más hermosa de lo que había imaginado.
- Está bien, ya estoy vestida. - Clarke estaba acurrucada frente al armario, mirando a Lexa. La vista más hermosa que ha tenido en días.
- Estoy viendo. -Lexa resopló, decepcionada. Clarke se rio entre dientes.
- Lexa ...
- ¡No dije nada! - se defendió sin dejar de reír. Clarke tenía una sonrisa en los labios que poco a poco desapareció y la otra pronto esperó la siguiente dosis de lo que es amar a una chica que no siente lo mismo.
- Ayer en la noche...
- No digas que estuvo mal. Sabes que no fue así - Clarke pensó en discutir, pero se rindió al minuto siguiente de hecho, estuvo de acuerdo con ella - Y no volverá a suceder. Esto ya lo imaginaba. - Lexa estaba decepcionada, pero no sorprendida en absoluto por la decisión de la otra. Clarke tendía a huir de todos sus avances. Estar en paz con ella era mejor que nada.
- Me alegra que entiendas. - asintió Lexa, sin mucha demora - ¿Estabas entrenando?
- Sí. Indra está muy satisfecha con los resultados obtenidos hoy. - Clarke solo sonrió. Ambas se sintieron incómodas. "Voy a tomarme una hora libre para almorzar y vine a invitarte personalmente a unirte a Sirius y a mí. Por si te gusta.
- Claro que sí. Amo a tu hermano.
- Hasta luego, me voy.- Lexa salió de la habitación sin decir una palabra más. Clarke respiró hondo y fue a elegir un atuendo decente esta vez.
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The Wanheda | Traducción | Clexa
FanfictionLexa se sobresaltó por una sombra en la entrada de la tienda y se volvió bruscamente hacia ella. Sacó su daga y señaló a la figura que tenía delante. Se sorprendió al encontrar una silueta femenina. Se quedó paralizada mientras la otra se acercaba l...