Lexa empezó el día de muy buen humor. Se entrenó con dedicación a pesar de estar ansiosa por la hora del almuerzo, ya que sería hora de conocer a Clarke para su "cita". No tenía idea de qué era, pero sonaba importante. Indra la sorprendió tarareando esa mañana y se preguntó por el comportamiento de su superior. Tan pronto como Lexa le informó que no entrenaría después del almuerzo, la mujer la regañó.
- Heda, no creo que sea prudente.
- Sé que debería entrenar más pero hoy tengo una cita importante con Clarke. Eso puede ser para mañana. - respondió ella con decisión, la mujer la miró de arriba abajo.
- Espero que sepas lo que estás haciendo, Heda. Tu GENTE te necesita. - Indra fue enfática sobre el tema y Lexa lo reflexionó. A pesar de estar de acuerdo, necesitaba este día para ella sola. No podía morir sin disfrutar de un momento en el que ella y Clarke compartían el mismo sentimiento, la otra parecía dispuesta a hacerlo. Se retiró y caminó con determinación hacia su casa. Se dio una ducha y se vistió antes de conocer a la rubia, quería estar perfecta para la ocasión. Dejó su cabello suelto, tratando de verse lo más relajada posible. Llevaba unos pantalones raídos y una blusa blanca que dejaba los hombros al descubierto. Cuando salió de la habitación, todos los ojos se volvieron hacia ella. Era inusual que su Heda usara esas prendas durante el día. Trató de ignorar la incomodidad que sentía, después de todo su postura siempre fue superior para ser temida. Pero ese día, ella solo quería ser ella misma.
Le informaron que Clarke ya la estaba esperando en el comedor. Cuando llegó a su destino, observó desde lejos lo nerviosa que estaba. Chasqueó los dedos distraídamente y miró en todas direcciones. Lexa pensó que tal vez este "encuentro" era más importante de lo que pensaba. Antes de dar el primer paso para entrar al lugar, sintió la presencia de una tercera persona, Clarke sonrió. Era Anastasia, trayendo dos platos. Uno a la rubia que le agradeció con más cuidado de lo que le hubiera gustado a Lexa y el otro donde solía sentarse. Pero en lugar de irse, la cocinera se sentó a hablar con la niña. Lexa se acurrucó más cerca de la pared para no quedar expuesta. Sabía que no estaba bien escuchar a escondidas su conversación, pero estaba muy incómoda y curiosa por la presencia constante de la otra en la vida de su amada, ya tenía suficientes casos pasados de los que preocuparse.
- Sabes que no necesitas traer la comida primero.
- Prefiero ... Parece que no le agrado mucho a Heda. No quiero molestarte. - Anastasia estaba triste, como si alguien que tanto admiraba la hubiera desairado. Clarke trató de consolarla colocando una mano sobre su hombro.
- Apuesto a que Lexa no tiene nada en tu contra. A veces es bastante gruñona, incluso con su adorable hermano. - Hizo una mueca y la otra se rió.
- No pude evitar escuchar tu discusión sobre el chico ayer. Nunca he visto a Heda aceptar ese comportamiento suyo de nadie - Clarke se encogió de hombros, no respondió - ¿Son amantes? - preguntó dubitativa, no sabía hasta dónde las llevaba esa intimidad. Pero Clarke parecía lo suficientemente relajada como para responder.
- Sé tanto como tú. Lexa y yo tenemos una relación complicada.
- ¿Pero te gusta ella? - Evaluó Clarke durante unos segundos, aceptar sus sentimientos poco a poco era una cosa y otra muy distinta era decirlo en voz alta, eso lo haría todo real.
- Me gusta demasiado. El corazón de Lexa casi se detuvo, de repente incapaz de procesar sus pensamientos. Su cuerpo se estremeció. Quizás Clarke se lo iba a decir durante el día y por eso la invitó.
- Entiendo. Ustedes dos son hermosas y hacen una gran pareja.
- Cállate, Anastasia. - Clarke le dio un leve empujón a su amiga para disimular lo avergonzada que estaba por el repentino cumplido.
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The Wanheda | Traducción | Clexa
FanfictionLexa se sobresaltó por una sombra en la entrada de la tienda y se volvió bruscamente hacia ella. Sacó su daga y señaló a la figura que tenía delante. Se sorprendió al encontrar una silueta femenina. Se quedó paralizada mientras la otra se acercaba l...