3. Chen

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MinSeok no entendía muy bien qué estaba pasando pero ya tenía puesto su uniforme, había desayunado cereales y ahora iba de la mano del gigante a algún lugar. El colegio. Ese lugar donde había niños de su edad. Niños parlanchines. Él no quería. Se le llenaban de ruido los oídos. Odiaba la escuela y más si su mamá no era la que lo llevaba y le daba un beso de despedida.

Aún no le agradaba del todo ese gigante que lo estaba llevando, pero no hablaba ni le exigía que lo hiciera, y eso era bueno. MinSeok no quería hablar, ni sonreír, ni reírse de lo graciosos que eran sus cuidadores. Pensaba que si él no se sentía a gusto en el lugar donde estaba, su mamá de alguna forma iba a saberlo y lo vendría a buscar. Sabía que la habían separado de ella debido a su resfriado de girasoles, pero creía que ella pronto se pondría bien y lo llevaría de vuelta a casa.

—Este es tu nuevo colegio, MinSeok —le explicó el gigante, captando su atención cuando se detuvieron delante de una gran estructura blanca—. Aquí vendrás a partir de ahora.

El edificio era monstruoso. MinSeok se sintió intimidado. Tal vez el colegio se lo iba a comer vivo, o el techo se iba a caer, o...

—No —se quejó tironeando de la mano del gigante mientras intentaba alejarse de ahí.

SeHun suspiró y lo tomó de los hombros. Los ojos castaños del menor se posaron sobre los suyos. MinSeok era demasiado pequeño a su parecer.

—Escucha, Min. Sé que no quieres venir. Pero lamentablemente son cosas que debemos hacer...

—Me duele —se quejó MinSeok en cambio tocándose la pierna.

SeHun frunció el ceño ante el repentino cambio de tema. No se había quejado en todo el camino y ahora salía con eso de repente.

—Puedes ir a la enfermería de la escuela.

—No, no...

Comenzó a llorar de forma descontrolada, llamando la atención de algunas personas que pasaban por allí. Los niños lo miraban de reojo. Algunos padres empujaban de los hombros a sus hijos para que fueran más rápido y no se detuvieran a ver al llorón, aunque había otro niño que también lloraba.

—MinSeok, por favor, calma... —le pidió SeHun con un nudo enorme en la garganta. El niño no había llorado en ningún momento desde que lo conoció, así que no sabía qué hacer para calmarlo.

—¿Hay algún problema? —Una voz femenina y levemente familiar hizo aparición desde la entrada del colegio. Al levantar la mirada SeHun, vio con sorpresa que era Joy, su cita del miércoles, a la que miró con la boca abierta—. Hola, SeHun.

Sin esperar respuesta, ella se acuchilló a su lado y miró a MinSeok con una sonrisa.

—¿Cómo te llamas, pequeño?

MinSeok no dejó de llorar así que ella observó en cambio a SeHun muy de cerca, quien estaba a su lado. Él entendió perfectamente las intenciones de la chica cuando vio una placa con su nombre. Ella era maestra allí y lo estaba sacando del apuro. Se sonrieron.

—MinSeok... él no quiere entrar —explicó SeHun—. Dice que le duele la pierna.

—¡Yo conozco un remedio mágico para eso! ¿Quieres saber cuál es, MinMin? —preguntó la joven captando la atención del infante—. Está hecho con luces de luciérnagas.

MinSeok parpadeó. Por primera vez en todos esos días SeHun podía ver verdadero interés en los ojos del pequeño. Se sorprendió de que Joy pudiera conseguir eso en él.

—Bueno... —susurró MinSeok.

Joy se levantó con una enorme sonrisa y le tendió la mano, la cual MinSeok tomó sin dudar. Y ante la mirada atónita de SeHun, ella le guiñó un ojo y fue de la mano con el pequeño al colegio, donde desaparecieron juntos por la entrada.

Sharing MinSeok ❀ SeBaek/BaekHunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora