Sharing MinSeok ❀ SeBaek/BaekHun

23. Elecciones

—En serio, puedes hacerlo. Confía en mí, tan solo toca —dijo BaekHyun, tratando de darle aliento con una sonrisita para que tocara la puerta de una buena vez.

ChangMin lo miró escéptico, pensando que se le iba a escapar el corazón por la boca.

—No, mejor no... quizás sea mejor si volvemos otro día —comenzó a balbucear, haciendo que BaekHyun se acercara y le golpeara un costado de la cabeza para que reaccionara.

—Toca la puerta o lo hago yo —lo amenazó con una sonrisa de ánimos para ocultar su tristeza, porque ya había estado ahí un par de días atrás con SeHun y se imaginaba el desenlace, aunque no se lo dijo a ChangMin—. Tú puedes.

Después de tomar una gran respiración, ChangMin tocó dos veces. Recibió un "pase" en respuesta desde adentro, y miró una vez más a BaekHyun antes de entrar. Él lo observaba con tranquilidad, no se arrepentía de nada.

—Permiso. —La voz del doctor resonó en toda la sala cuando pasó. Aún no había visto la cama con su ex yaciendo en ella, pero aún así ya se sentía como si estuviera a punto de llorar.

—¿ChangMin? —La voz horrorizada de KyungSoo llegó hasta sus oídos—. ¿Qué haces aquí?

—Creo que yo debería preguntar eso —respondió el doctor, finalmente mirándolo.

—Bueno, duh —dijo KyungSoo—. Es un hospital.

—Sabes que no me refiero a eso, Do.

El hombre de labios en forma de corazón se revolvió el ahora un tanto escaso cabello y le hizo una seña a su ex esposo para que se sentara. ChangMin dudó unos momentos antes de quitarse el abrigo y sentarse junto a la cama, mirando a cualquier lado menos a él. Era extraño estar en una situación diferente a la usual —él en su bata de médico haciendo sus rondas usuales—, ahora él era el individuo de visita y no quien revisaba al paciente. Parecía surreal.

—No sé por dónde empezar.

—No tienes que ser suave conmigo. Simplemente dímelo... jamás mencionaste nada de esto.

—Eres terrible. Siempre tan directo... —KyungSoo sonrió con tristeza—. Está bien, será crudo. Me encontraron un cáncer tres meses antes de que te pedí el divorcio.

—¿No pensaste que eso era más importante que decirme que me estabas engañando? ¿O acaso solo fue una excusa?

—No lo fue. Te dije que te estaba engañando y no te mentí, ChangMin —dijo severamente KyungSoo—. Durante tres meses te mantuve engañado, diciendo que todo estaba bien, que me iba al trabajo cuando en realidad venía al hospital.

ChangMin frunció los labios y miró a cualquier lado menos a los enormes ojos de su ex. Escaneó el cuarto pensando que había sido tan idiota por haberlo dejado ir. Tan malditamente idiota... Por haber siquiera creído que su marido sería capaz de engañarlo con alguien más. Él sabía que Do KyungSoo lo amaba con su vida, ni siquiera tenía que preguntarlo.

Pero debía.

—¿Por qué no me dijiste nada? Podríamos haber pasado por todo esto juntos. No tenías que hacerlo solo. Yo... tenía derecho a estar a tu lado mientras sucedía.

—¿Te parece siquiera justo para ti? ¿Tener que vivir lo mismo que la familia de tus pacientes...?

—¡Esto no tiene nada que ver con mi trabajo, KyungSoo! —gritó fuera de sí ChangMin, acercándose a la cama para tomar la pálida mano del hombre entre las suyas—. Tú eres la persona con la que elegí casarme, a quien le juré estar a su lado hasta el día que la muerte nos separara. Y tú me juraste lo mismo. ¿Por qué, entonces, no me dijiste nada? —Apretó la mandíbula, molesto, pensando en todo lo que había pasado desde que ellos se habían separado—. No era una decisión que debías tomar por mí.