Sharing MinSeok ❀ SeBaek/BaekHun

16. Bifurcaciones en el camino

BaekHyun había estado intentando durante todo el día empujar hacia un pozo en su cabeza el hecho de que SeHun estaría pronto tomando un avión a Japón. Lo sabía, maldita sea, había estado picando en el fondo de su mente desde que se había despedido de él de la peor manera. Le había hecho todo lo que no le hubiera gustado que el otro le hiciera de haber sido al revés. Había sido un desgraciado con él. No era justo, porque había mentido en todo. Él quería que su amigo se quedara en Corea a pesar de todo, y que estuvieran juntos a pesar de que eso no pudiera ser posible.

Entonces, ¿por qué había sido tan mierda con él? ¿Cuántos años iba a tener que esperar para verlo otra vez y decirle que en realidad no tenía ninguna clase de sentimientos negativos hacia él, y que también lo amaba con la misma intensidad?

A pesar de todo, él entendía e incluso aceptaba que SeHun fuera egoísta y decidiera hacer su camino. BaekHyun ya no podía hacerlo, porque tenía que cuidar de MinSeok, y no se quejaba. No obstante, SeHun tenía la posibilidad de hacer más con su vida, de viajar y abrirse a nuevas oportunidades, y eso no era malo, porque solo estaba pensando en su futuro... pero él le había prácticamente hecho entender que lo odiaba por pensar en sí mismo. Había estado muy mal, pero tampoco dejaría que sus impulsos le ganaran esta vez y mucho menos iría a cometer alguna idiotez. Después de todo, era verdad que SeHun no se había preocupado ni por él ni por MinSeok en todos esos meses.

Otra vez malhumorado por el giro de sus pensamientos, apuró el paso hacia la puerta del colegio de MinSeok, pero dos cuadras antes de llegar, pudo ver a su madre yendo de la mano con su bollito. Por inercia, sonrió y fue al encuentro a mitad de la manzana, viendo a MinSeok muy alegre caminando junto a la abuela mientras comía un kimbap.

—Buenas tardes —dijo mientras se acercaba a su madre y le daba un beso en la mejilla, para luego revolver el pelo de su pequeño—. ¿Qué tal la escuela, bollito?

MinSeok sonrió y terminó de masticar antes de hablar, pues BaekHyun le había dicho que no se hablaba con la boca llena —aunque él solía hacerlo bastante seguido, y SeHun siempre se lo recriminaba—. Buah, y ahí estaba de nuevo pensando en SeHun, y los retortijones en su estómago aparecieron otra vez.

—Hoy estuve muy aburrido. ¡La señorita Joy no vino! —refunfuñó Min—. ¡Y tampoco vino SeHunnie! Solo la abuela —murmuró, bajando la mirada.

—¿Por qué habría de venir SeHunnie? —preguntó, sintiendo repentinamente un nudo en la garganta.

—¿No sabes? ¡Hoy es viernes! ¡Todos los viernes SeHunnie me lleva a comer golosinas! —exclamó MinSeok como si fuera lo más obvio del mundo—. Los lunes, comemos kimbap —comenzó a enumerar con la mano libre; BaekHyun sintió que con cada dedo que el pequeño levantaba, él se hacía más pequeño en el lugar, el peso del mundo entero aplastándolo—, los martes pasamos por la puerta de la juguetería y luego vamos a lo de la abuela a jugar, los miércoles vamos a jugar con Chen y el tío Kai, los jueves también viene el tío LuHan a jugar, ¡y los viernes SeHunnie y yo comemos muchas golosinas!

BaekHyun sintió que su corazón latía tan rápido que podría morirse. Realmente había sido un imbécil. No le había permitido a SeHun explicarle la situación. En realidad sí se había preocupado por MinSeok, después de todo. Joder.

—Mamá... ¿Tú sabías de esto? —preguntó intentando no explotar por todas las sensaciones que estaban chocando dentro suyo.

—Él nunca ha dejado de preocuparse por ti, BaekHyun. Siempre se mantuvo cerca, aunque no lo vieras... Puede que haya sido cobarde por no hacer un intento de arreglar las cosas, pero tú tampoco lo intentaste porque esperaste a que él te buscase. —Le dedicó una sonrisa triste—. Creo que los dos merecen separarse y seguir sus caminos en buenos términos. Aunque es solo mi opinión, claro.