－，heartbreak boy. ↠tendery.

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Ten abrazaba el cuerpo de Hendery con fuerza, mientras lloraba agotado en su hombro.

Hendery estaba asustado, sin embargo no dudo mucho en abrazar al chico con fuerza a la par que acariciaba su espalda. No entendía que sucedía y para ese punto se preguntaba si él había hecho algo para ofenderlo o si era externo.

Porque estaba hablando de Ten Lee: el chico glamuroso y talentoso que siempre brillaba a donde quiera que vaya, el chico que coqueteaba a diestra y siniestra y sobre todo: siempre sonriente, divertido y optimista.

Incluso pensaba que el chico que abrazaba no era Ten, este chico emanaba tristeza y amargura, ¿dónde estaba su Ten?

—Ya no puedo más... Soy un mediocre, no merezco nada de esto, no merezco tener el papel principal, no merezco que me admires y me celebres... No te merezco a ti... Soy un mediocre, inservible y sin talento...

Hendery se quedó en shock, ¿qué había dicho? ¿había escuchado bien? No había duda alguna, este no era su Ten, el Ten que él tenía era seguro consigo mismo, no dudaba de su talento así como no se refería a sí mismo con palabras tan despectivas.

Su corazón dolía, jamás se llegó a creer que vería a Ten en ese estado, ni siquiera le pasaba por la cabeza.

No dudo mucho en tomar sus mejillas, acariciar las mismas y limpiar sus lágrimas con los pulgares.

—Hey, hey... No digas eso de ti, no eres nada de eso, al contrario, eres el chico más talentoso, brillante y especial que he conocido, mereces toda la admiración y respeto de este mundo... Mereces ser reconocido por todo el talento y entrega que haces a tus proyectos... ¿Me oíste? No tienes que hablar de ti así, cariño... Me gustaría que te vieras como yo te veo a ti: talentoso, brillante e inalcanzable.

Se permite dejar un beso sobre la punta de la nariz de Ten antes de volver a envolverlo en sus brazos y dejar suaves caricias en su cabello y espalda. El tailandés no dice nada, pero en su adolorido corazón, aquellas palabras hacen algo para acariciarlo con ternura, le brindan tranquilidad y le consuelan como los cálidos brazos de Hendery.

Pasan al rededor de diez minutos antes que el llanto de Ten se limitara a suaves hipidos y sorbidas de nariz, es ahí cuando Hendery le anima a levantarse del suelo. Ninguno dice nada, pero Hendery le dirige al baño, le brinda una sonrisa suave antes de abrir la ducha de la tina y mientras la tibia agua se estanca, él se preocupa por ayudar a Ten a despojarse de todo.

Le quita los anillos de sus dedos con cuidado, así como sus collares, continúa con su chaqueta y camisa, se inca para retirar sus botines y calcetines, se dirige hasta su pantalón y con cuidado, baja los mismos.

—Alza las piernas.

Escucha a Ten sorber su nariz una vez más antes de obedecer a sus instrucciones, repite aquellas acciones cuando se deshace de su ropa interior.

Hendery detiene el agua y mete una mano para comprobar que es una temperatura ideal, se preocupa por tirar un poco de jabón generador de burbujas, que compro como un chiste, pero pensó que era una buena idea para el momento.

Extiende sus manos para que el tailandés las tome y le ayuda a sentarse, mira su rostro unos segundos, el cuál se encuentra rojo y no sabe si es por el llanto o por vergüenza, quizá es ambas.

Decidido a que el chico se relaje, deja un beso en su sien y acaricia su ahora húmedo cabello, antes de recoger toda la ropa del chico y acercar una toalla. Decido a salir, toma la perilla y abre la puerta, sin embargo, la quebrada voz del chico le detiene.

—Kunhang... No quiero estar solo, ¿me haces compañía por favor?

Los hundidos y tristes ojos de Ten brillan con un poco de esperanza, la cuál, él no quiere romper.