－，heartbreak boy. ↠tendery.

[ 12:00 ]

—¿Tuvieron sexo entonces? Maldita sea Ten, ¡es tu roomie! ¿Al menos pensaste en lo incómodo que sería?

El tailandés se encoge de hombros y continúa con la mirada fija en la carretera.

—No creo que sea demasiado... Él fue muy dulce conmigo y él estuvo de acuerdo, de hecho fue él quien comenzó con los acercamientos... Fue realmente lindo, jamás me habían tratado tan bonito en el sexo y no lo sé, ni siquiera me siento cómodo diciéndole sexo, no fue como que solamente me hizo chuparsela y coger hasta que nos cansamos... Él fue tan dulce, siempre me preguntó si estaba bien, si lo disfrutaba o si me lastimaba, incluso se tomó muchísimo tiempo para prepararme.

Con un suspiro decide no continuar más al sentir sus mejillas sonrojadas. Kun le mira con atención y alza una ceja.

—Hendery te gusta.

—¿Eh? ¡No! No, no es eso, es sólo que..  Pienso, él es demasiado dulce conmigo y nada más. Me gusta, pero no estoy enamorado si es a lo que te refieres.

Kun entrecerró los ojos pero no dijo nada más y finalmente se decidió meterse dentro de su lectura, fingiendo no saber la realidad de su torpe amigo.

Al otro lado de la ciudad, el muchacho de los pensamientos del tailandés corría a tirarse a los brazos de un muchacho alto, de piel morena y ojos brillantes.

—¡Volviste!

—¡Volví y tú estás aquí! —el enorme chico de sonrisa infantil abrazó y cargó a su contrario, quién nada más reía.

—Te extrañé tanto... ¡Creciste! ¡Ten consideración por los que somos de baja estatura tonto!

Mientras ambos chicos bromeaban y se preguntaban de todo, uno de ellos propuso ir a su departamento para ponerse al corriente de todas más aventuras hasta ahora, y el otro, no podía negarse.

A las siete de la noche, un cansado joven ingresaba la nueva contraseña del departamento para poder entrar.

Solamente quería darse un baño y abrazarse a su roomie mientras escuchaba un resumen de los programas mexicanos que solía ver y también, compartir una sesión de besos, ¿por qué no?

Estaba tan necesitado de su atención que no se percato en el sonido de risas y olor a comida china en su hogar. Hasta que los vió.

Su roomie soltaba risas divertidas que dejaban escuchar el sonido de cerdito que tanto le gustaba, sus mejillas estaban pintadas de rosas y sus manos se encajaban en los anchos hombros de un joven alto, de piel morena y sonrisa galante, quién hacía reír a su roomie con expresiones exageradas.

Era guapo, pero, ¿quién es él?

El muchacho desconocido lo miró y de inmediato le dirigió una suave sonrisa. Hendery volteó confundido y cuando lo miró, también le sonrió con la misma calidez de siempre.

—¡Ten! ¡Volviste!

No se paro a abrazarme...

—Ajá... El ensayo acabo rápido y veo que tienes visitas... Iré a ducharme.

—¡No! Espera, quiero presentarlos. —y así fue que su roomie tomó la mano del enorme chico y se dirigieron hasta él— Él es Lucas, mi mejor amigo desde que tengo memoria, ambos estudiamos la preparatoria en Shangai y ambos nos quedamos en la misma universidad... Lucas, él es Ten el roomie del que te hablé y mi salvador en esta ciudad.

Ambos chicos se sonrieron y dieron la mano un tanto incómodos.

—Un gusto Lucas... Bueno, ¿se va a quedar? —preguntó tratando de esconder su irritabilidad inexplicable.

—Oh no, yo vivo a cuatro cuadras de aquí, en unos momentos más tengo que irme. —se apresuro a responder el recién conocido y señalando la ventana.

—Sí, de hecho él es quien te dije que viviría con él apenas regrese, pero sus clases se alargaron y es por eso que llevo aquí más de un mes. —explica Hendery sonriendo nuevamente.

Viviría con él apenas regrese.

¿Me dejará acaso?

Aquellos pensamientos no le sientan nada bien al tailandés, le revuelve el estómago y sabe que no quiere dejar ir a Hendery, él era lo mejor que le había pasado desde que fue aceptado en NY.

—Ah... Bueno, iré a ducharme y a dormir. —anuncia sin más, confundiendo a su roomie.

—¿No vas a cenar? Pedí comida china y tailandesa para ti.

—No Hendery, estoy cansado y tengo mucho sueño pero mañana desayunaré eso, gracias. Ah, gusto en conocerte, Lucas.

El último mencionado sonríe y se despide con una señal en la mano.

—Es muy serio tu amigo, Hen.

—Me dijo Hendery.

—¿Y?

—Él solamente me llama Dery...

Lucas frunce el ceño pero ríe con suavidad al recordar que su amigo solía ser muy dramático.

—Dijo que estaba cansado, quizá solamente quiere dormir ya, además Hendery es un apodo, al menos no te dijo Kunhang.

Pero Hendery sabía que Ten, por muy cansado o molesto que estaba, nunca le dejaba de decir 'Dery' con el clásico cariño de siempre. ¿Tuvo un mal mal día? ¿Por qué le llamaba así?

Sobre pensar las cosas era una de sus pasiones más malas.

—Quizá... Bueno, ¿quieres más comida o llamo ya a un taxi para llevarte a tu departamento? Te ayudo a desempacar.

—No, está bien. Lo haré mañana, llegando me ducharé y volveré a matricular en la universidad... Mañana desempaco y de paso comienzo a sacar mis cosas de tu habitación, ¿te mudas la próxima semana conmigo o prefieres hacerlo ya? La renta es bastante caro aquí.

Él no quería irse. No tan rápido, además, aún debía ayudar a Ten con su tarea del corazón roto.

No iba a dejarlo así.

—Uhm... En realidad, ya pague el adelanto de este mes, creo que me quedaré hasta la próxima renta.

Lucas se sorprende por aquello, pero supone que la beca se encargaba de una renta cada mes. Por lo que no dice nada y asiente con una sonrisa.

—Vale, entonces te veo el próximo mes y te visitaré seguido.

Unos minutos más bastan para que ambos chicos se despidan con fuertes abrazos y deseos de verse el lunes en la universidad, así como salir juntos por todo Nueva York como ambos hablaron desde que tenían doce años.

Al regresar a su departamento, Hendery corre hasta la habitación de Ten y toca con cuidado, sin embargo; no recibe palabra alguna, por lo que abre y puede ver el pequeño cuerpo de su roomie sobre la cama. La lámpara de mesa está encendida en una tenue luz.

—¿Ten? ¿Estás despierto?

Silencio. Es cuando decide entrar y apagar la luz, se da cuenta que Ten se queda dormido con su tableta, dibujando algo como siempre.

Se permite quitarla, arroparlo y besar su frente antes de apagar la luz y salir de su habitación.

—Buenas noches, Ten... Te quiero.