Capítulo 17: Un vínculo roto

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Apenas Seijuro termina de hablar, es Rinc, quién sale del camino en busca del grupo de jóvenes que se habían alejado, sin importarle un poco los gritos de Goro al ser retenido por Seijuro y el grupo que estaba a su mando.

Los únicos que permanecen juntos al caminar por el campo son Takeo, Tadashi y Kira pero la vista en la espesa niebla se hace cada vez peor.

— Debemos regresar, es imposible ver algo— comenta Takeo.

— al menos, cerca de donde nos quedaremos no hay peligro— dice Tadashi.

Kira, sigue mirando a su alrededor sin ver nada en específico
— bien, vamos— habla la joven pero cuando los tres giran sobre sus talones para regresar, escuchan una gran explosión muy cerca de donde están, así que las ondas expansivas  llega hasta ellos y dispersan la niebla dejando al descubierto un nuevo escenario. A unos metros de donde están parados, ven a tres ninja del nivel alto siendo vilmente atacados por un grupo de más de diez personas. La mayoría de ellos tiene el uniforme de Ronin, con esa capucha que no deja ver su rostro pero ellos no están participando de la cobardía de los demás que atacan a los ninjas de Suzaku.

- Son...son los rebeldes— habla Tadashi  pero tal parece que ese leve murmuro llega a oídos de los rebeldes que los visualizan, dejando de lado los cuerpos malherido de los otros ninjas en el suelo.

— Maldición– escupe Takeo, sacando su katana al mismo tiempo que sus compañeros.

– son demasiados— afirma Kira, pero la malévola risa de Izumo, cobra mayor protagonismo en el hostil ambiente.

— Miren lo que tenemos aquí— habla Izumo, recuperando su espada clavada en uno de los cuerpos de los ninjas de Suzaku, — son tan jóvenes y...– detiene sus pasos de repente y su expresión cambia repentinamente. Por unos segundos borra su sonrisa, mirando fijamente el escudo del clan Himari en el brazo de Kira, hasta que vuelve a sonreír fríamente.
– Muy pocos tienen esa marca, más bien, sólo los descendientes al liderazgo del clan— Izumo, da un paso adelante pero al intentar dar otro, una espada cae justo frente a su pie. Esa acción lo hace retroceder rápidamente.

– Aléjate- gruñe Rinc, que en ese intervalo de confusión de Izumo, llega con los chicos.

— Compañía— escupe Izumo, pero por el rodillo del ojo ve como se aproximan más personas, tanto el grupo de Goro como el equipo 5 junto a Sanosuke, todos a pelear contra el grupo de los rebeldes que por ahora, están en ventajas en lo que respecta a número de personas.

— Yo seré tu oponente ahora– habla Rinc hacia Izumo, sacando su espada.

— Con mucho gusto  pero, no los vas a poder proteger– Izumo recoje la espada que había lanzado Rinc y lo ataca de frente, sólo que al mismo tiempo da una orden al grupo de dos personas que aún están quietos en sus lugares, — ¡La barrera!

– ¿La barrera?— pregunta Tadashi pero en cuestión de segundos, los cinco, Takeo, Tadashi, Kira y los dos de Ronin, son encerrados en una especie de domo, que no es más que un Ninjutsu.

– ¡¡Kira!!— la voz de Goro, es la alerta a todos los demás y ahora son espectadores de lo que sucede dentro del domo.

— No puede ser— sigue Rinc, más pendiente de lo que sucede allí adentro que del enemigo frente a él.

Mientras que los tres aún siguen con la guardia en alto a cada minúsculo moviento de las personas que los encerraron allí.

— ¿¡Quiénes son!?— Grita Kira pero el primero que deja al descubierto su cara es un hombre, este no está sonriéndo fríamente como lo hacía Izumo, su expresión es completamente distinta, sin embargo, su compañero se mantiene en incógnito por más tiempo.

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