Capítulo 38: La batalla final

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Kira, está ida, no puede  ante la escena que están percibiendo sus ojos, sus pensamientos están nublados justo ahora.
Sólo desea volver a ver a Tadashi bien, de nuevo, pero sabe que eso es imposible aún así, desea que sus compañeros vuelvan a sonreír, que Rinc, deje de echarse la culpa por esto también.
Sin pensarlo siquiera por un segundo, en el momento que esa idea cruza su mente, arma una pequeña barrera frente a sus compañeros, pero Mizuki, al darce cuenta de lo mismo, sale afuera de la barrera, quedando al lado de Kira, sólo que esta última nisiquiera se da cuenta de eso, tan metidas en sus pensamientos.

— ¿Qué haces?- Salta Raiden, viendo  todo desde atrás de la barrera.

Pero Kira, sólo tiene en su campo de visión a Rai y a todos los traidores, sin saber que Mizuki sigue allí, realiza el Ninjutsu, manto de fuego, expandiendolo en todo el lugar, aún más grande que la barrera que protege a Suzaku.

- ¡¡Mizuki!!— ruge Raiden, viendo como el fuego comienza a expandirse, pero esta vez, la joven cubre su cuerpo con una capa de cristal, colocando así su cuerpo dentro de una esfera que la proteje del fuego.

Rai, es el único que trata de alejarse de allí, mientras que sus hombres tratan de parar por sus propios medios el fuego. Kira, sigue los pasos muy cerca de Rai y Mizuki, termina siguiendola.
A cada paso, el cristal que la proteje comienza a quebrarse y eso hace que disminuya su velocidad.

— ¡¡Kira!!- llama la joven y en ese entonces, Kira, la mira sobre su hombro, percatandose  de lo que sucede y por eso termina por cesar el fuego cuando está a escasos metros de Rai  y del canal del río.
Apenas lo hace, Rai le lanza una esfera de poder que hace que su cuerpo choque contra uno de los árboles.
Mizuki, la mira por el rodillo del ojo, pero debe aprovechar esa desconcentración del traidor y le lanza una flecha que le da justo en la misma herida que le había provocado Raiden.
Aumentando más el sagrado, lo ataca con su espada pero él se defiende haciendo que ambas armas choquen una con otra.

— ¿No piensas ayudar a tu amiga? Quizás este muerta— escupe Rai, dándole un rodillazo a Mizuki en el abdomen, pero ella aun así, se mantiene firme.

— rindete, no podrás ganar— habla Mizuki, ocultando una mueca de dolor.

— al menos me llevaré a una de ustedes conmigo al infierno— amenaza con aumentar su fuerza en la cual ejerce presión contra la espada de Mizuki, pero apenas la ven llegar, Kira le atina a un corte certero en su pierna, haciendo que Rai pierda el equilibrio y caiga  con una rodilla hincado en el suelo. Aún sonriéndo, se ayuda con su espada para ponerse de pie.

Mizuki, examina a Kira y la ve totalmente sería, con un corte en la frente que deja una marca de sangre cayendo por su cara.

— ¿Se creen muy valientes?

— Mizuki...— habla Kira, ignorando a las palabras de Rai, — Kimi dijo, que eso sería nuestra arma secreta.

La joven, frunce el ceño. — Acaso, ¿sabes como hacerlo?

— Entrega tu alma al sol y a la luna. Son las historias que me contaba mi padre.

Aunque miles de dudas cruzan por su cabeza ahora, Mizuki asiente con la cabeza decidida. Kira, respira hondo y  sin previo aviso, recita una oración en voz baja, que nisiquiera es entendida por Mizuki pero lo único que si puede ver, es la luz del día que comienza a perder iluminación. Así que lleva su vista al cielo y ve como un eclipse solar está a punto de suceder.

— ¿Qué rayos es eso?— pregunta uno de los guerreros que están detrás de la barrera junto al Saikō.

— un eclipse— contesta Kimi, con una sonrisa de lado.

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