Prólogo

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Ella era como una ola gigante, de esas que sabes que no puedes alcanzar. La vi aparecer a lo lejos y no contuve mi deseo de atraparla, fantaseé con la idea de cogerla en el último momento, pero el mar a veces es injusto y la ola no estaba en la posición correcta cuando llegó a mi lado. Sabía que volvería a formarse, ahora con mayor fuerza y potencia, aunque tendría que esperar a que estuviera punto de romper para poder lanzarme a su encuentro .

Esta vez la tocaría con mis dedos y lo disfrutaría, armaría la adrenalina que me produjera su toque, jodidamente desearía poder amarrarla a mi lado y retenerla por siempre. Poder deleitarme con la salinidad de su alma, guardar en mi memoria el recuerdo de que alguna vez la tuve y añadir a mi miserable vida el mero hecho de sentirla...
Más sin embargo nada me garantizó que pudiera bajar de la tabla ileso.

Bésame como si me odiaras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora