Química

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Esta situación me indigna, en serio, mi madre planeó una cena familiar todo estaba perfecto hasta que momentos antes de el postre soltó la gran noticia. Se van a visitar a la tía de mi padre en Italia. Lo peor de todo es que debo quedarme a cargo de Hugo. Dicen que es el más responsable y debemos afianzar "lazos".

¡Y una mierda! Lo único que quiero es tener mi puta independencia.

¿Quién con dieciocho años debe estar a cargo de otra persona? Nadie

Lo peor de la situación es que debo quedarme por un mes entero con el tonto de mi tío en la casa de la playa. Mi papá insiste en que debemos llevarnos mejor y yo en lo único que pienso es en cómo safarme de esto.

—Cambia esa cara de velorio. ¿Sabes que es mejor que vivir a minutos de la playa?—pregunta Levie mientas pone su atención en el Instagram de alguien— .Vivir por un mes en una casa justo delante de la playa y tú mi querida amiga, lo harás. No te quejes y disfruta.

—¿Por qué no puedo quedarme sola en casa? Sin Hugos, sin padres, sin nadie.

—Porque tus padres saben que si lo hacen dormirás todo el día y dejaras la casa como un hospital abandonado.

Ignoro cuánta razón tienen sus palabras.

En el fondo estoy algo resentida con mis padres por no confiar lo suficiente en mí y dejarme a cargo de Hugo. No es el hecho de que tenga celos, ambos tenemos la misma edad y él ya ha pasado por mucho. Pero eso no cambia que yo tenga los suficientes años para ocuparme de mí misma.

Puede que sea distraída y algo inmadura, pero debo merecer un poco de confianza de su parte.  Los quiero y sé que lo hacen por mi bien pero no cambia el hecho de que me afecte.

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—El problema no es que no quiera ir. Sé que eso será un caos y no quiero estar como la amargada. Solo por eso

<<Solo por eso>> No es por Connor o su increíble abdomen. Y obvio no es por su tatuaje.

—¿Puedo darte un consejo?— dice mientras juego con mis dedos.

Leo se encuentra acostado en el césped y yo sobre su abdomen. Miramos el cielo azulado y cada cierto tiempo nuestra atención se direge a las niñas que juegas a metros de nosotros.

—Deberías ir. No quiero que pienses que te obligo, pero necesitamos un tiempo para nosotros solos. Desde hace unas semanas hemos estado algo tensos y no quiero que cuando te vayas a la universidad estemos enfadados.

—No lo había visto desde ese punto.

Me sonríe y pienso en lo afortunada que soy al tenerlo. A pesar de ser dos años mayor se comporta como el novio perfecto. Es detallista, experto en hacerme sonreír y enojar en el menor tiempo posible.

Al conocerlo se desarrolló una química innegable, cuando nos mirábamos soltabamos sonrisa genuinas, caminábamos cogidos de la mano y veíamos el atardecer juntos. Quiero volver a esos  viejos tiempos donde todo era perfecto y genuino, a esos momentos donde ambos éramos felices y si tengo que convivir con mi tío por un mes entero para tenerlo lo haré.

Me levanto, le doy la mano para que también lo haga y cuando ambos estamos de pie me paro de puntillas y uno nuestros labios.

Comienza como un beso gentil que poco a poco va adquieriendo fuerza. Me tenso cuando intenta levantar mis piernas y enrrollarlas en su cintura.

No me apena besarme en público, pero me da pesar que me tachen de exhibicionista. También está el hecho de que tengo que atender a dos niñas pequeñas. Molly y Lee.

Me separo apenada y algo en su mirada me hace tambalear

—¿Qué pasa? ¿Por qué tienes esa cara?

—Pasa que eres una mojigata. Somos novios, eres siempre la que se anda cohibiendo de todo. Paso de estar con una tonta inmadura que...

Golpeo con mi mano abierta su cara y la sonora cachetada llama la atención de las personas cercanas. Tiene el rostro hacia un lado por el impacto. Su cara se vuelve roja y no sé si es por el golpe, la vergüenza o la ira.

Creo que es lo último porque la mirada que me da me hace retroceder.

¿Dios, qué hice? Lo golpee frente a todo el mundo y me arrepiento enormemente. No actúo impulsivamente, nunca.

Miro a mi alrededor y todos me miran y estoy pasando la vergüenza de mi vida.

Lo miro y estoy lista para disculparme, pero no me esperaba para nada la mirada que me da.

Retrocedo dos pasos, su mirada me da escalofríos y ...

Un grito me hace girar mi cuerpo hacia el sonido.

Molly. Está llorando en el suelo.

Miro por última vez a Leonard que está con los brazos cruzados esperando por una disculpa con una sonrisa torcida.

Corro hacia ella con los ojos inhundados de lágrimas.

¿Por qué todo me sale mal?

—Nena, ¿qué sucedió?—susurro cuando llego a su lado y la cargo en brazos.

Le digo a Lee que recoja las pequeñas mochilas mientras me ocupo de Molly.

Solloza contra mi hombro y comienzo caminar con ella en brazos y Lee a mi lado con su mochila en la espalda y la de Molly en la mía

—Shhh, todo está bien. No sé ai lo digo para ella o para mí.

Una lágrima cae de mi ojo izquiero. No es momento de derrumbarse, me repito. Molly me necesita.

Continúa llorando, sus brazos se aferran a mi cuello.

—¿Qué sucedió, bebe? Te golpeaste? Dime, que sucedió

Le pregunto directamente, suele enojarse cuando hablan de ella y está presente. Lo menos que quiero es que se cierre y no diga nada. Debe tener la confianza dd contarme y si no quiere hablar ahora le daré au tiempo.

No dice nada, pero deja de llorar. Es un avance.

—Puedes pasarme mi teléfono?— le digo a Lee Está en el bolsillo trasero creo que en el izquierdo.

Lo sostiene en sus manos mientras nos detenemoa en la entrada. Me lo da.

Llamo a Levie, no contesta y después de cinco llamdas perdidas y diez minutos esperando me desespero.

Mamá está en la clínica, papá de seguro está en una cirugía.

¡Joder! El mundo me da la espalda y ni una patada para coger impulso me permite.

No tengo dinero para un Uber, me da pena llamar a los padres de Molly o Lee, Levie no contesta, mamá tampoco y mi despero aumenta.

—¡Mierda! grito

—No digas malas palabras— dice Molly desde un banco.

Hace minutos que se calmó y se lo agradezco. Con el nivel de estrés que cargo lo menos que me falta es a ella llorando.

—Le diré a mamá que dices malas palabras

Me río, es lo me mejor que puedo hacer.

—Lee, cariño cuando tengas mi edad entenderás el porqué digo esas palabras.

Veo a las personas irse y realmente me estoy preocupando.

Mi último recurso se agota y me veo llamando a la última persona que alguna vez creí llamar.

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       Disculpen la demora, pero es que tenía el capítulo escrito pero luego se borró y en fin que tuve que hacerlo nuevamente.


Lamento decir que a partir de ahora subiré capítulos menos seguido porque está el tema del colegio y como todos saben las obligaciones tocan primero.

Ciao

Bésame como si me odiaras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora